
Vuelve el miedo a un conflicto nuclear. Donald Trump sacó de la nevera la vieja Guerra Fría cuando anunció que Estados Unidos se planteaba reanudar … los ensayos con su arsenal atómico. Moscú reaccionó de inmediato y dijo que haría lo mismo. Y este viernes la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajárova, exigió a Washington que aclare si estas pruebas se refieren a armamento con propulsión nuclear o a la reanudación de tests con misiles de este tipo. «Si se trata de lo segundo, eso creará dinámicas negativas y provocará medidas de respuesta por parte de otros países, incluido Rusia», advirtió.
Ni Estados Unidos ni Rusia han realizado ensayos de este tipo desde los años 90. Actualmente está vigente un tratado entre ambas naciones que limita el número de ojivas. Este acuerdo, el New Start, expira en febrero de 2026, y en el contexto actual parece probable que siga la carrera armamentística y no sea ratificado. «Por el momento, observamos que las señales que emanan de Washington, que han provocado una preocupación justificada en todos los rincones del mundo, siguen siendo contradictorias y, por supuesto, es necesario aclarar la situación real», insistió la portavoz del Kremlin.
Noticias relacionadas
La semana pasada, Trump ordenó a las fuerzas armadas de EE UU que reanudaran de inmediato el proceso para iniciar pruebas con armas nucleares. Sin embargo, no aclaró si se refería a test de vuelo de misiles con capacidad atómica o a la reanudación de las ensayos con explosiones, algo que ni Washington ni Moscú han realizado en más de tres décadas. Justo después de este anuncio desde la Casa Blanca, el Kremlin solicitó conocer el alcance de las declaraciones del magnate neoyorquino.
Como primera reacción, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, pidió el pasado miércoles a varios altos funcionarios que prepararan propuestas para llevar a cabo su propio ensayo nuclear, algo que, según su ministro de Defensa, Andréi Belousov, podría realizarse «con poca antelación» en bases como la de Nova Zemlya, en el Ártico ruso. Durante la Guerra Fría allí se completaron múltiples pruebas con armas atómicas, entre ellas, la apodada ‘Bomba del Zar’, la más poderosa jamás testada.
Los analistas de seguridad coinciden en que la reanudación de las pruebas por parte de cualquiera de las potencias nucleares sería un paso desestabilizador en un momento de aguda tensión geopolítica, especialmente por la guerra en Ucrania, y probablemente incitaría a otros países a seguir su ejemplo.
Nuevo escenario
Ni la Casa Blanca ni el Kremlin han autorizado pruebas atómicas desde los años noventa
A la vanguardia
Pekín acaba de estrenar el portaaviones ‘Fujian’, con catapultas magnéticas para lanzar aeronaves
De hecho, ya hay movimientos. China acaba de poner en funcionamiento el portaaviones ‘Fujian’, el buque de guerra más avanzado que ha construido hasta ahora. Con este barco pretende disputarle el dominio naval a EE UU en el Pacífico. Está equipado con catapultas electromagnéticas para el lanzamiento de aviones. Hasta ahora, sólo el portaaviones estadounidense USS Gerald R. Ford disponía de ese sistema.
Con la amenaza china sobre la isla de Taiwán flotando en el ambiente de esta región del mundo, el Gobierno de Japón dijo este viernes que se plantea tener submarinos de propulsión nuclear ahora que Estados Unidos ha dado el visto bueno a Corea del Sur para que construya su propia nave atómica de este tipo. La carrera armamentística en Asia oriental está abierta. La otra Corea, la del Norte, quiso mostrar sus colmillos y lanzó este viernes al menos un «misil balístico no identificado», según informó el ejército surcoreano.
Misiles para Ucrania
Mientras Asia asiste a un calentamiento bélico, Europa sigue pendiente de la invasión rusa de parte de Ucrania. Zajárova mencionó que el Ministerio de Defensa está haciendo recuento de «los suministros que se entregan al régimen de Kiev a través de diversas coaliciones occidentales». Según el portal Bloomberg, Kiev ha recibido un nuevo lote de misiles británicos. El Gobierno de Rusia critica los envíos europeos de armas ya que, a su juicio, suponen una escalada entre la OTAN y Moscú.
Además, Zajárova ninguneó la repercusión de dichas donaciones. «Quisiera recalcar una vez más que ninguna ‘inyección de armas’ occidental está ayudando a la camarilla de Kiev, eso es obvio», aseguró. Pese a sus palabras, los envíos de armas desde Europa y EE UU han sido vitales para que Ucrania pueda mantener el pulso y crear problemas en la retaguardia rusa con ataques a refinerías de petróleo con drones que han llegado a generar un problema de suministro de combustible.
Enlace de origen : Crece la alarma mundial por la tensión nuclear entre Moscú y Washington