Cataluña sigue girando a la derecha y hacia posiciones cada vez más autoritarias, sondeo tras sondeo. Según una encuesta del CEO (el CIS catalán), los catalanes consideran que el nivel de vida de un país es más importante que su calidad democrática. Así, el 40% de la ciudadanía de Cataluña prioriza vivir en un país capaz de garantizar un nivel de vida adecuado aunque no sea del todo democrático. Los que creen que el nivel de la democracia es más relevante que el bienestar no superan el 35%. El 25% no sabe o no contesta ante esta cuestión. El menor interés por la democracia es especialmente acusado entre la población más joven. Los menores de 25 años y chicos, según el barómetro del CEO, son el sector de la sociedad que más priorizan el nivel de vida por delante de la calidad democrática. Solo el 19% de los jóvenes varones sitúan la democracia por delante del bienestar.
El sondeo del CEO, realizado entre los meses de junio y agosto, analiza la exposición de los catalanes a las ‘fake news’ y a las teorías de la conspiración. Uno de cada tres catalanes tiene un alto nivel de pensamiento conspirativo, caldo de cultivo de la extrema derecha. Por ejemplo, solo el 22% de la población se atreve a afirmar que en las elecciones no hay pucherazos. El 36% cree que en los resultados electorales se producen manipulaciones y el 34% ni lo asegura ni lo desmiente. Además, el 27% de los catalanes cree que el feminismo «ha ido demasiado lejos y genera desigualdades en el sentido contrario».
Otro ejemplo de teorías conspirativas. El 42% de los catalanes creen que las autoridades políticas exageran la gravedad de las enfermedades y las pandemias para favorecer intereses económicos. El 25% entiende que el coronavirus nació en un laboratorio como arma biológica y el 40% no descarta que las vacunas sean más perjudiciales que beneficiosas y las farmacéuticas lo amagan. Casi la mitad duda o afirma que se exageran los efectos del cambio climática. La mayoría (79%) cree además que los medios censuran información para proteger intereses poderosos, el 76% considera que un pequeño grupo de élites toman las decisiones a nivel mundial.
Sobre inmigración, el 62% la valora como positiva para la economía, frente al 17% que la ve perjudicial. El 41% cree que la llegada de personas de otros países hace Cataluña un mejor lugar para vivir, mientras que el 32% tiene un opinión negativa. El 53%, la mayoría, estima que los extranjeros reciben más ayudas que los autóctonos.
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