
El ánimo de Carlos Mazón para resistir al frente del Consell valenciano después de la dana duró exactamente un año y cinco días. A las … nueve y diez de la mañana de este lunes compareció en el Palau de la Generalitat un hombre roto, perseguido por sus errores el 29 de octubre de 2024 y señalado como el principal culpable de una riada que dejó 229 fallecidos. «Ya no puedo más», fue su confesión más sincera. En su declaración institucional, sin preguntas, hubo autocrítica, sí, pero también ataques contra el Gobierno de Pedro Sánchez, al que Mazón culpó de no haberle proporcionado datos fiables el día de la tragedia y luego, de haber entorpecido la labor de la reconstrucción.
«Sé que he cometido errores y pido perdón. Voy a vivir con ellos toda mi vida. Pero esos errores nunca han sido por cálculo político o mala fe», se justificó Mazón, que seguirá en funciones y encabezará hoy la reunión semanal del Consell pese a haber registrado ya ayer, a las 14:51, su escrito de renuncia en Les Corts. El dirigente evitó hablar de nuevas elecciones y pidió a su partido, el PP, y a Vox, que elijan a su sustituto, mientras él seguirá como diputado en Les Corts para de esta forma no perder su condición de aforado ante la causa abierta por la jueza de Catarroja.
Fuentes de la política valenciana aseguraban ayer que Mazón podría estar planteándose coger una baja médica, aunque en el Palau precisaron que «hará en todo momento lo que le diga su facultativo». Ahora, a partir de la presentación de la dimisión, se ha abierto un plazo de doce días para la presentación de un candidato a la presencia de la Generalitat. A continuación, el pleno de investidura tendrá lugar en un plazo de entre tres y siete días.
Sin «visión política»
Mazón reconoció no haber tenido la «visión política» de actuar en los primeras horas de la riada, pero reivindicó su gestión y también trasladó la responsabilidad sobre la dana al Gobierno de Pedro Sánchez por no ofrecer información precisa en las horas críticas. Además, explicó que se va para no servir como justificación a la inacción en la reconstrucción que atribuye a Pedro Sánchez.
«Quizá mi marcha haga que se enfoque esta tragedia como se requiere. El Gobierno ya no tiene excusas para seguir arrastrando los pies», subrayó Mazón, quien en su intervención, que se prolongó 20 minutos, remarcó que el Ejecutivo central abandonó a la Comunidad Valenciana, tanto el día de la tragedia como después, para obtener rédito político. «La falta de ayuda al inicio de la riada fue clamorosa y también lo es ahora», reprobó.
«Hemos hecho todo lo humanamente posible para activar la recuperación. Las dimensiones de la riada no necesitan ser recordadas, el impacto en cosechas, viviendas, vehículos y sobre todo en salud mental nos obligó al mayor esfuerzo imaginable. Colegios, metros, puentes, carreteras, vehículos… y hasta la Albufera, son retos superados sin financiación. Qué pronto se dijo y qué pronto se ha hecho», quiso resaltar, en un último intento por tratar de equilibrar sus fallos con sus aciertos. «Calculamos tres años y lo hemos conseguido hacer en meses. Solos. Sin aportación a fondo perdido del Gobierno, con solo permiso para endeudarnos, a los más endeudados», resumió Mazón, aludiendo a la insuficiencia financiera crónica de su comunidad.
En el listado de errores propios, el exdirigente valenciano incluyó «haber permitido que se generaran bulos por no dar explicaciones y sobre todo, mantener la agenda de ese día». «Es cierto que con los datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar y de la Aemet era inimaginable que el barranco del Poyo se convirtiera en una trampa mortal, pero permití que se trasladase la idea de que el president era ajeno a la situación», se inculpó. En este punto de su discurso incluyó también la única cita al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo: «No pedí la declaración de emergencia nacional porque el Gobierno nos avisó de que así no tendría más medios, aunque el presidente de mi partido me lo aconsejó. Y tenía razón».
Tras el funeral de Estado de la dana del pasado miércoles, cuando las víctimas volvieron a increparle, su situación era ya insostenible, admitió Mazón, que sin embargo, se sintió víctima de una «campaña brutal» en la que se le llamó, dijo con pesar, «asesino». «Pero yo no voy a llamar asesino a nadie por equivocarse en sus previsiones», argumentó, en un intento de mostrar la magnanimidad que, en su opinión, no se ha tenido con él.
«Han sido días desgarradores, crispados y crueles. Por voluntad personal habría dimitido hace tiempo. Ha habido momentos insoportables», aseveró Mazón, que relató que no supo que había fallecidos hasta la madrugada del 30 de octubre (según la investigación judicial, las primeras muertes se produjeron en Chiva entre las 15 y las 17 horas del día 29) y se esforzó por marcar una línea de separación entre sus actuaciones personales y políticas: «Espero que cuando baje un poco el ruido, la sociedad pueda distinguir entre un hombre que se ha equivocado y una mala persona».
También contó que minutos antes de anunciar su dimisión habló con el Rey «para agradecerle su apoyo, su fuerza, su lealtad y grandeza con la Comunidad Valenciana este año y siempre». En esta última ronda de llamadas también marcó el número del líder de Vox, Santiago Abascal.
Enlace de origen : El «ya no puedo más» de Carlos Mazón