
El aún presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, tiene las horas contadas en el cargo salvo sorpresa de última hora. El funeral de Estado ha … acelerados los acontecimientos tras los insultos televisados y ahora, el PP, con Núñez Feijóo tratando de llevar el timón, busca ordenar una salida para tiempos y cargos, una solución que no suene a precipitada, que aborte una posible guerra interna en el partido en la Comunitat ante las filias y fobias de todas las partes y que, de paso, sirva para ganar tiempo para llegar a las próximas elecciones con mayor solidez política e interna.
La vicesecretaria de Regeneración Institucional del PP, Cuca Gamarra, ha señalado en la mañana del domingo que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el jefe del Consell, Carlos Mazón, iban a tener una conversación para poner en orden la situación. Pasar el día sin ninguna noticia no sería un buen síntoma porque para eso no se anuncia nada. Al Comité Ejecutivo Nacional del lunes hay que ir con la crisis cerrada.
Escenario 1. Una dimisión y convocatoria electoral inmediata -el escenario menos posible por las reticencias de los populares valencianos al creer que sería hacerse el harakiri- llevaría a los valencianos a las urnas en plenas Navidades. En este escenario, que sólo puede tomar Mazón porque es el único cargo capaz de convocara elecciones, Génova elegiría al candidato, y esta no sería otra que la actual alcaldesa de Valencia, María José Catalá, la preferida por Feijóo y con fuertes apoyos en Madrid para aspirar a la Generalitat.
Una opción que los barones territoriales del PP no quieren, y por eso convocaron y airearon la reunión que mantuvieron el pasado viernes, con el fin de plantear un órdago a Madrid con el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, como su apuesta. Una estrategia orquestada, que muchos califican de precipitada y atropellada, y que pueden quemar a Mompó antes de tiempo. En Génova no ha gustado nada la iniciativa como «versos libres» que han adoptado los líderes provinciales.
Catalá y Mompó además tienen el mismo problema, que no es otro que el apoyo de Vox, que sería necesario en el caso de un pacto electoral. En el partido de Abascal no hay querencia hacia ninguno de los dos posibles candidatos. La relación con Catalá en el Ayuntamiento no es idílica, y con Mompó es todavía peor, ya que el presidente de la Diputación se apoya en Ens Uneix, que al final no es más que una escisión del PSPV. Mompó y su respecto a cuestiones como el valenciano y la memoria histórica chirrían en las filas de Vox.
La única parte positiva, si es que existe, en un hipotético adelanto electoral sería en la debilidad de la candidatura del PSPV, donde Diana Morant no termina de arrancar y es casi invisible a los ojos del electorado valenciano. El voto que puede perder el PP valenciano es poco probable que buscara abrigo en la candidatura socialista, que a su vez está perdiendo apoyos en favor de Compromís, que siempre resucita en los tiempos de crisis. En los mentideros políticos se cuenta que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tomó nota durante el funeral de Estado de las habilidades de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y en un escenario mínimamente favorable el relevo entre ellas gana enteros.
Escenario 2. La dimisión de Mazón sin convocatoria electoral abriría un proceso de renovación en el partido, tanto a nivel público como privado. En este escenario, el nombre clave es el de Juanfran Pérez Llorca, actual portavoz del PP en Les Corts y llamado a ser presidente con rango de interinidad, hasta que se resuelva en un proceso electoral.
En la maniobra del viernes, la que disgustó a Génova, Pérez Llorca tuvo un papel activo con los tres presidentes provinciales. En principio, no tendría que haber problema para que el alicantino contara con el beneplácito de Vox para ser investido presidente, aunque ahora mismo cualquier escenario se podría dar. En el partido hay quien apunta que todo ha sido una estrategia de Pérez Llorca para ganar protagonismo en el partido, tratar de desactivar a Madrid con Catalá y poner en primer fila a Mompó para quemarlo. En un año y medio podrían pasar muchas cosas, hasta que se ganara el favor del partido. Otros, en cambio, aseguran que el talante del actual portavoz es el ideal para recuperar al PPCV en estos momentos y que en él siempre pesa el interés colectivo por encima del individual.
Esto permitiría al PP tener tiempo para, a través de la convocatoria de un Congreso, cerrar la herida, compactar las filas, limar asperezas y salir con un liderazgo renovado de cara a unas próximas elecciones, con el objetivo de suturar la sangría de votantes que buscan otras opciones.
Aquí quedaría un asunto por resolver, que no es otro que el de Mazón. Unos apuntan a que lo ideal es que el jefe del Consell renunciara a su acta de diputado, se marchara a su puesto de trabajo en la Cámara y se enfrentara a la imputación inmediata por parte de la jueza de la dana, que está esperando que Mazón pierda su armadura de diputado para llamarle a declarar. Algunos cargos del partido defienden que la presión sobre el PP no desaparecerá si Mazón sigue formando parte del grupo parlamentario.
En el otro lado están aquellos que defienden que hay que ser fieles al actual jefe del Consell, que no es responsable directo de la gestión de la Emergencia y que en muchos casos es víctima de una campaña orquestada desde la izquierda. No traicionarlo. Por eso, mantienen que Mazón debe mantener su acta de diputado, aunque no asista a los plenos de Les Corts -con Camps pasó lo mismo- para que pueda mantener su condición de aforado para no ser citado como investigado por la magistrada Ruiz Tobarra.
Escenario 3. Dimisión de Mazón y que la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, asumiera el cargo de presidenta de la Generalitat durante el resto de la legislatura. Es diputada, por lo que la opción es factible siempre que cuente con el respaldo de Vox para ser investida. La alcaldesa siempre ha manifestado que su prioridad es el Ayuntamiento aunque es cierto que en ocasiones hay que sacrificarse por el partido.
Esta solución no la quiere una gran parte del PP, especialmente Alicante, que casi siempre ha manejado al PPCV desde el sur y que ahora volvía a tener el timón tras el triunfo de Mazón. Otros, en cambio, tienen la sospecha de que detrás del órdago de los barones provinciales está la mano del propio Mazón con el objetivo de frenar la elección de Catalá por parte de Madrid.
Escenario 4. Muy improbable, pero aún posible antes de que se sepa el contenido de la conversación entre Feijóo y Mazón. Esta cuarta vía sería que el actual jefe del Consell se mantuviera en el cargo y que anunciara que no repetirá como candidato en las próximas elecciones.
Esta postura es la peor vista en el partido al entender que el desgaste se mantendría y que el principal dañado sería el partido. Con Mazón en la presidencia se abriría un proceso interno para buscar el relevo, nadie asumiría en Les Corts protagonismo y se abriría un abanico en el que caben Catalá, Mompó e incluso posibles tapados, como el alcalde de Elche, Pablo Ruz, e incluso hay quien apunta al alcalde de Benidorm y presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez. Este último escenario, es casi imposible.
Enlace de origen : Los cuatros escenarios que maneja el PPCV para superar la crisis por la salida de Mazón