Después de ocho intensas jornadas de juicio y tras escuchar el testimonio de decenas de testigos y peritos, la Fiscalía mantiene la acusación de asesinato y la petición de 22 años de cárcel para A. E. M., de 62 años, procesado por supuestamente matar a su mujer en la madrugada del 13 de octubre de 2020. No ha introducido modificaciones en su escrito provisional, salvo la petición de indemnización para el hijo, que ha elevado de 50.000 a 100.000 euros. Así lo ha detallado el Ministerio público en una jornada dedicada en exclusiva a la exposición de las conclusiones definitivas de todas las partes personadas en la causa.
La acusación particular ha seguido los pasos del fiscal y también mantiene su petición de 22 años de cárcel por asesinato. Mientras, la defensa ha insistido en la inocencia de A. E. M. y en que los hechos no ocurrieron tal y como los describen las dos acusaciones.
El fiscal, durante la exposición de sus conclusiones, ha asegurado que en este caso todos los indicios apuntan al procesado. El primero de ellos, ha relatado, es el propio escenario del crimen porque la víctima, Mercedes, «era una mujer muy miedosa, se tomaba en serio la seguridad, cerraba la puerta con llaves y las dejaba puestas». La noche del 12 de octubre de 2020 «estaba en la intimidad de su casa». En esa situación «se hace raro que nadie se presentara ahí. Merche sólo quitaba las llaves cuando sabía que iban a ir su marido o su hijo» y el día en el que fue hallado el cuerpo estaban en la caja de la cocina donde solía depositarlas habitualmente.
«Conocimientos precisos»
El segundo indicio, ha añadido, es que el propio acusado difundiera a personas muy concretas que su mujer se había suicidado y que comentara que junto al cuerpo de Mercedes había un cuchillo que estaba limpio «son conocimientos precisos más propios de quien conocía lo que había ocurrido allí».
Como tercer indicio ha apuntado a las declaraciones contradictorias del hijo de procesado cuando aseguró que el día 12 su padre y él se fueron a dormir, mientras que A. E. M., durante su declaración este pasado miércoles, sostuvo que su hijo se había ido primero y él había salido a buscar a un amigo. Otro de los indicios que, a su juicio, señalarían directamente al acusado es su teléfono. Estuvo «apagado» desde las 21.20 hasta las 08.47 horas la noche en la que supuestamente cometió el crimen.
El encausado, ha añadido el fiscal, «mintió a la policía en el momento de ser detenido» en septiembre de 2021. Cuando entregó el teléfono, ha explicado, dijo que era el que tenía desde el 11 de septiembre de 2020, cuando en realidad un mes y veinte días después cambió de nuevo de terminal.
El fiscal también se ha referido al ADN del procesado encontrado en el dorso y las uñas de la mano derecha de la víctima, que estaba oculta bajo su cuerpo. En este punto, ha recordado que Mercedes era una mujer «extremadamente limpia», que se dedicaba al mundo sanitario y que el crimen se produjo el primer año de pandemia cuando se impusieron medidas higiénico sanitarias para frenar la expansión del covid.
Conclusión de culpabilidad
Para la acusación particular, que representa a los hermanos de la víctima, la conclusión de este caso «es la culpabilidad del acusado». «Ha alterado la escena ha ocultado información, ha eliminado pruebas y ese comportamiento es algo que el tribunal considera un indicio inequívoco de culpabilidad».
Al igual que el fiscal, ha detallado los indicios que, a su entender, señalan directamente al procesado. Se ha referido a la compra de dos móviles en poco más de un mes y el último, días después de que presuntamente asesinara a su mujer; al teléfono apagado durante la noche en la que se cometió el crimen; al ADN hallado en las manos de la víctima; al suicidio simulado; al robo improvisado y a que «mintió a la policía».
«Conjeturas y elucubraciones»
El último en exponer sus conclusiones ha sido la defensa de A. E. M. Durante su intervención ha puesto el foco en que «son todo conjeturas, sospechas, elucubraciones de imaginarme el contenido de una conversación, de dar por bueno lo que dice alguien. Son todo conjeturas que impiden absolutamente condenar a nadie«.
Desde un principio, ha dicho, la policía, la Fiscalía y la acusación particular han basado fundamentalmente su acusación en el trayecto que supuestamente hizo el acusado la noche del 12 al 13 de Gumiel a Logroño «para asesinar a su esposa», y «como se les ha caído la prueba estrella que les podría servir -en referencia a las imágenes de las cámaras de la DGT en las que no aparece el vehículo del acusado- le han restado importancia».
El letrado ha asegurado que han pasado de puntillas sobre este hecho y como sin la prueba del trayecto «se les ha caído totalmente el discurso», han tratado de «confundir» con los teléfonos. «Buscaron un culpable y a partir de ahí montaron un caso».
En su opinión, las acusaciones «han ocultado lo que no les encaja» y se «han agarrado al ADN para meter a este pobre infeliz -en referencia a A. E. M. a quien ha tildado de víctima del sistema- 22 años en la cárcel». La policía, en el atestado, «no ha dudado, pese a su desconocimiento científico, en poner que el lavado de manos con agua y jabón hace desaparecer el ADN», cuando «seis expertas del Instituto Nacional de Toxicología dijeron que no es así». «Se presenta como indicio algo que es incierto».
A su juicio, también habrían ocultado que no quedó acreditado el repostaje. Al hijo de la víctima, ha añadido, «le sometieron a un auténtico tercer grado porque el único objetivo es que incriminasen a su padre en el asesinato de su madre».
El abogado ha continuado acusando a la investigación de «ocultar» que en las grabaciones de las cámaras adyacentes a la vivienda de la víctima en el parque de Los Lirios no se ve al procesado, «lo que ocurre es que este dato no interesa», ha precisado. Lo mismo ocurre con las conversaciones en la intervención telefónica de A. E. M., que concluyeron que «no hay ni un solo indicio que permita vincular al procesado con el asesinato de su esposa».
En este caso se está «jugando a la confusión» porque A. E. M. no pensó en el suicidio y si lo dijo en un primer momento es porque «no sabemos cómo reaccionaríamos en una situación así». «Sería el criminal mas idiota de la historia. Tienes pensado decir que es un suicidio y luego simular un robo, a nadie normal se le ocurren ambas cosas o una u otra».
Decenas de testigos
Desde el pasado día 20 hasta este miércoles, día 29, familiares y amigos del encausado y de la víctima, Mercedes, han aportado diferentes versiones sobre la relación del matrimonio, una cuestión clave porque, según las acusaciones, fue el detonante del crimen. Para los ocho hermanos de la fallecida estaba claro que la mujer quería divorciarse, así se lo habría dicho ella misma. Llevaban vidas totalmente opuestas y ya no aguantaba más. Sin embargo, para el hijo de la pareja, la hermana del procesado y varios amigos la relación era normal, con las discusiones propias de cualquier matrimonio.
El propio acusado, aunque la relación «no era muy fluida» negó este miércoles desavenencias con su mujer, con quien contrajo matrimonio en 1988, y descartó que ella le hubiera propuesto el divorcio en alguna ocasión. De la noche en la que el fiscal sostiene que mató a su mujer, él aseguró que estuvo durmiendo en la casa de su hijo en Gumiel de Mercado (Burgos), a dos horas de Logroño.
Enlace de origen : La Fiscalía mantiene el cargo de asesinato para el acusado de matar a su mujer en Los Lirios
