Sangre, sudor y lágrimas le costó al Athletic estrenar su casillero de puntos en la Champions, pero lo consiguió merced a un doblete de Guruzeta y otro tanto de Robert Navarro, suficiente pero escaso botín a tenor del auténtico aluvión de ocasiones rojiblancas que siguió a la diana inicial del sorprendente Qarabag. El equipo de Azerbaiyán ofreció el clásico ramo de homenaje al busto de Pichichi, como cualquier debutante en San Mamés, y sin sucesión de continuidad inauguró el marcador en La Catedral a través de Andrade.
A partir de ahí, asedio del equipo de Ernesto Valverde, que dejó a un lado las rotaciones de los exigentes duelos ante el Arsenal y el Dortmund para dar entrada a un once prácticamente de gala. En la calculadora rojiblanca hacia la fase eliminatoria de la Champions no cabía otra opción que la victoria, pese a los dos triunfos en dos partidos del Qarabag, auténtica revelación de este inicio de curso.
Nico Williams, titular por primera vez después de su lesión y de estreno en la máxima competición continental, era la mejor noticia posible para un conjunto que de buenas a primeras se encontró con un revés. No se había consumido el primer minuto cuando una falta de entendimiento entre Paredes y Laporte la aprovechó Andrade para plantarse ante Unai Simón y vencer su salida de tiro cruzado.
Athletic
Unai Simón, Gorosabel (Areso, m. 65), Paredes, Laporte, Yuri, Jauregizar, Rego (Galarreta, m. 65), Iñaki Williams (Berenguer, m. 38), Sancet (Vesga, m. 81), Nico Williams (Robert Navarro, m. 65) y Guruzeta.
3
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1
Qarabag
Kochalski, Silva (Bolt, m. 79), Mustafazade, Medina, Jafarguliyev, Bicalho (Jankovic, m. 56), Andrade (Addai, m. 56), Kady, Durán (Kashchuk, m. 67), Akhundzade (Bayramov, m. 67) y Zoubir.
-
Goles:
0-1: m. 1, Andrade. 1-1: m. 40, Guruzeta. 2-1: m. 70, Robert Navarro. 3-1: m. 88, Guruzeta. -
Árbitro:
Igor Pajac (Croacia). Sin amonestaciones. -
Incidencias:
Partido de la jornada 3 en la fase liga de la Champions disputado en San Mamés.
Jarro de agua fría para La Catedral, que el Athletic trató de gestionar haciéndose dueño del partido. Buena reacción de los leones, aunque sin esa pizca de acierto de cara a la puerta rival, especialmente en un disparo a bocajarro de Guruzeta, desbaratado por el guardameta Kochalski, pero también en un golpeo con rosca de Nico, cargado de veneno pero ligeramente desviado tras impactar en el cuerpo de un rival.
El toque de corneta rojiblanco prosiguió y el aluvión se intensificó con testarazo de Nico Williams y volea de Sancet. Se resistía sobremanera el gol y el Athletic pecaba ya de cierta precipitación, fruto de la ansiedad, cuando Jauregizar frotó la lámpara y dejó mano a mano ante el portero a Guruzeta, no del todo acertado en el control pero efectivo con el zurdazo a la red.
Empate y liberación, providencial inmediatamente después de la lesión de Iñaki Williams y justo antes del descanso, al que por méritos debió llegar por delante un buen Athletic, pero necesitado de un enorme volumen de ocasiones, con hasta 14 remates, para encontrar un solo gol.
El comienzo de la segunda parte fue un calco de la primera. Más oportunidades del Athletic, de Guruzeta y también de Berenguer, pero sin premio. Ni frente a la misma línea de gol, a bocajarro, con todo a favor y de pecho, acertó Paredes.
Inesperado desatascador
El partido se desarrollaba íntegramente en las proximidades del área azerbaiyana, pero el reloj continuaba con su implacable dinámica sin novedades en el marcador, con la consiguiente inquietud rojiblanca. Así las cosas, obligado el cuadro vasco a volcarse en pos de la providencial victoria, la dinámica del encuentro fue tendiendo a un peligroso ida y vuelta.
Con todo en el aire, solo 20 minutos de juego por delante y Nico Williams ya en el banquillo fruto de la necesaria dosificación, fue precisamente Robert Navarro, su sustituto, el hombre encargado de desatascar al final un partido de pico y pala.
El Athletic, que había hecho lo más difícil, se relajó y bajó una marcha. Suficiente para que un rival de la Liga de Campeones, una competición que no perdona, congelase el pulso de San Mamés con un remate de Kashchuk, picadito sobre la salida de Unai Simón, que Yuri sacó bajo los palos en una acción de máximo valor. El lateral izquierdo evitó el empate y Guruzeta sirvió el alivio definitivo con una gran volea desde la distancia que provocó la explosión de alegría en San Mamés, eufórico con una victoria de Champions en el zurrón.
Enlace de origen : El Athletic se sobrepone a la falta de puntería y estrena su casillero
