
El primer ministro israli, Benjamin Netanyahu, ha ordenado a las Fuerzas de Defensa y a los servicios de seguridad hebreos que «tomen medidas firmes contra … los objetivos terroristas en la Franja» después de que este domingo una célula islamista atacara a una unidad del ejército al sur de Rafah. Según los primeros informes de la Inteligencia militar, los milicianos dispararon con lanzacohetes contra una brigada de ingenieria en una acción combinada con francotiradores.
A primera hora de esta tarde, Hamás ha emitido un comunicado en el que se desvincula del ataque y asegura que desde marzo no tiene contacto con los grupos que operan en esa zona de Gaza. Las explicaciones no han sido suficientes para el ejército, cuya aviación ha lanzado una oleada de bombardeos sobre el territorio palestino con el fin, según sus portavoces, de destruir túneles e infraestructuras «terroristas». El miedo ha regresado a la Franja apenas una semana después de que Israel y Hamás acordaran silenciar las armas al menos temporalmente.
La orden de Netanyahu es la más grave que recibe el ejército desde la implementación de la tregua hace una semana. Medios hebreos consideran que el alto el fuego pende de un hilo en estos momentos, a la espera de una muy probable mediación de Estados Unidos para evitar que el proceso descarrile por completo. Algo que ahora mismo no es descartable.
Antes de que sucediera este enfrentamiento en Rafah, la Casa Blanca había anunciado el desplazamiento del vicepresidente, JD Vance, a Egipto e Israel para seguir en primera persona las conversaciones sobre la segunda etapa del plan de paz. Se trata de la fase más complicada porque engloba el desarme de Hamás y la constitución de un Gobierno de transición a satisfacción de palestinos e israelíes.
Inmediatamente después del choque armado, las Fuerzas de Defensa ordenaron despegar a la aviación, que durante la mañana de este domingo ha bombardeado el sur de Gaza. El ejército afirma que ha destruido una veintena de «objetivos terroristas», sobre todo túneles. Hasta el momento no se ha informado de bajas.
Este es el segundo altercado de gravedad que se produce desde el comienzo del alto el fuego. El viernes, una patrulla militar disparó también contra una brigada de milicianos que abrió fuego contra sus posiciones después de abandonar uno de los múltiples túneles que la organización islamista todavía conserva bajo la Franja.
Netanyahu ha convocado esta mañana una reunión de emergencia con el ministro de Defensa, Israel Katz, y el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, para analizar el ataque y la posible respuesta del Gobierno. A su término ha ordenado a los militares tomar medidas «firmes» que no han sido especificadas, pero que a la luz de los bombardeos posteriores consisten en volvee a castigar el territorio . En Gaza, miles de ciudadanos viven con incertidumbre y el corazón en vilo el alcance de la operación aérea. También el paso fronterizo de Rafah con Egipto, que iba a abrirse esta tarde, permanece cerrado.
Las declaraciones vuelven a ser incendiarias, peligrosas en un momento de tregua. El ministro de Defensa ha manifestado que «Hamás aprenderá hoy por las malas que las Fuerzas de Defensa están decididas a proteger a sus soldados y evitar que sufran cualquier daño». Katz ha añadido que su orden a los militares es la de que «actúen con contundencia. Hamás pagará un alto precio por cualquier disparo y violación del alto el fuego y, si no se entiende el mensaje, la intensidad de las respuestas aumentará», ha amenazado.
La coalición centrista Azul y Blanco se ha posicionado asimismo a favor de mantener la alerta. Su presidente, y exjefe del Estado Mayor, Benny Gantz, ha señalado que «todas las opciones deben estar sobre la mesa, incluso la de volver a maniobrar» con las tropas sobre el terreno. Según él, las autoridades hebreas han constatado que «Hamás ha violado el acuerdo y puesto a prueba al Estado», y ahora «se trata de que no volvamos al 6 de octubre», en alusión a la víspera de la masacre del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás organizó a entre 3.000 y 5.000 terroristas para ejecutar la sangrienta invasión de los kibutz que dejaron 1.200 muertos.
También el ex primer ministro Naftali Bennett ha llamado a la «destrucción de Hamás» porque, en su opinión, ha «retomado el control de Gaza y continúa haciéndonos daño con el objetivo de destruir el Estado de Israel».
La alarma ha saltado en la propia organización islamista que ha puesto de manifiesto que células fuera de su control están operando en este tipo de ataques. Esta posibilidad ya había sido advertida hace días por expertos en seguridad, quienes vislumbraban la posible existencia de grupos aislados de las órdenes del brazo militar o que, voluntariamente, intentasen seguir adelante con una guerra armada al margen de las decisiones del buró político.
El ala militar de Hamás ha publicado un comunicado en el que se desvincula del enfrentamiento con los soldados en Rafah y rechaza haber infringido el alto el fuego. Asegura que los combatientes no siguen sus órdenes. «Nuestra conexión con los grupos ubicados allí está cortada desde marzo pasado. No tenemos vínculo alguno con los sucesos que ocurren en esa zona y no tenemos forma de comunicarnos con nuestros combatientes allí, si alguno de ellos sigue con vida», ha señalado..
Todo ello sucede en un día extraño. Se da la circunstancia que esta misma madrugada el Departamento de Estado de EE UU informó a los mediadores de Catar, Egipto y Turquía, garantes del acuerdo de tregua, de la existencia de «informes creíbles» sobre «una inminente violación del alto el fuego por parte de Hamas contra el pueblo de Gaza». El Gobierno estadounidense ha destacado la existencia probable de un plan de «ataque contra civiles palestinos» de una envergadura que «constituiría una violación directa y grave del acuerdo de alto el fuego».
En respuesta, la organización islamista ha lanzado temprano otro comunicado desmintiendo cualquier pretensión de atacar a la población de la Franja. A su juicio, las acusaciones de EE UU están «totalmente alineadas con la propaganda engañosa de Israel».
Desde el inicio del alto el fuego, los islamistas han ejecutado al menos a 32 personas que consideraba delatores o miembros de clanes enemigos en una ola de violencia desmedida que perturba a EE UU y los países negociadores del acuerdo de paz. Cada vez surgen más informaciones sobre casos de tortura y detenciones de gazatíes para ser interrogados por la organización islamista, que ahora mismo controla de nuevo el 50% del territorio imponiendo su propia ley, según han reconocido sus propios portavoces.
De hecho, sus jefes dentro de Gaza han llamado a los colaboradores e integrantes de otras facciones a entregarse mientras informes de Inteligencia señalan que los agentes de la organización ha retomado el poder en las calles e incluso detentan un elevado control sobre la ayuda humanitaria como en el pasado.
Las manifestaciones desde el bloque islamista se han multiplicado en las últimas horas. IIzzat al-Rishq, líder del Movimiento de Resistencia Islámica, ha señalado este domingo que sigue comprometido con el acuerdo, y ha acusado a la «ocupación sionista» de «fabricar pretextos endebles para justificar sus crímenes». Al-Rishq se ha mostrado en desacuerdo con la creación de un refugio detrás de las lineas militares hebreas para quienes huyen de su represión de Hamás y ha denunciado que estas zonas solo »apoyan« y »proporcionan lugares seguros« a clanes y bandas criminales.
Enlace de origen : El ejército israelí bombardea el sur de Gaza tras un enfrentamiento con Hamás