El Dicorpebal Logroño La Rioja brindó una lección magistral en Huerta del Rey. No solo celebró una gran victoria (27-34) ante un rival llamado a estar luchando por la zona noble como el Recoletas Atlético Valladolid. El conjunto franjivino enseñó cómo la táctica da sus frutos, marcándole 34 goles a la mejor defensa de la liga, ganando en un pabellón hasta ahora inexpugnable y anulando a un equipo como el pucelano en una segunda parte brillante, en la que los locales perdieron toda opción de triunfo casi diez minutos antes de que acabase el choque. Un triunfo que realza la figura de Miguel Velasco y que tiene un sabor especial en hombres como los hermanos Miguel y Álvaro Martínez, que regresaban a la que fue su casa durante muchos años.
Le faltó energía al Ciudad de Logroño en el comienzo del encuentro, demasiado blando en defensa y cometiendo pérdidas en ataque. Así, con un Jose Toledo acertado en el lateral derecho, el Recoletas abrió el primer melón (3-0), algo que no alteró los planes iniciales de Velasco, que mantuvo a Pergel de central acompañado por Unai Galán en la izquierda y Miguel Martínez a la derecha. Rápidamente se metió el Dicorpebal en partido, aunque el ataque no acababa de carburar y algunos desajustes defensivos permitían a los dueños de casa ponerse otra vez con una renta de tres goles (6-3). El conjunto franjivino necesitaba a Preciado en tareas ofensivas y a Xoan Ledo tocando cuero. Y con esa receta, el bloque riojano le asestó un 5-1 de parcial (del 6-3 se pasó al 7-8) a un conjunto pucelano que parecía mareado. A partir de entonces, todo quedó muy nivelado. El Recoletas sobrevivió a su mal momento y colocó a Miguel Camino en el avanzado para entorpecer a Preciado.
Pero el pontevedrés se las ingeniaba para que los hermanos Martínez desarmaran la defensa pucelana que tan bien conocen (Álvaro, que marcó cuatro goles en la primera parte y que acabaría con diez, y su hermano Miguel, 2). Cogió el equipo riojano las riendas nuevamente, pero volvió a fallar y el Atlético Valladolid empató y se puso al frente gracias a su pivote Gedo Abdelazize. Zaja, poco antes del descanso, ponía tablas en el luminoso (15-15).
La lección maestra del Dicorpebal llegaría después del descanso. Los riojanos anularon la ofensiva pucelana, demasiado concentrada en Alejandro Pisonero y Gustavo Oliveira. Creció la figura de Aitor García en defensa, al igual que la de Popovic. El partido se empezó a decantar tras superar el ecuador de la segunda parte. Álvaro Preciado mostró cómo hay que atacar a una defensa cerrada como la pucelana y cuando las cosas se volvieron a complicar, Velasco dispuso atacar con siete jugadores, algo que no esperaban los vallisoletanos, que se empezaron a desenganchar con el pasar de los minutos y mientras Xoan Ledo sacaba su mejor repertorio de paradas.
Pese a todo, el Recoletas llegó con algo de vida al tramo final, pero rápidamente la defensa franjivina y Xoan Ledo arruinaron los sueños del Atlético Valladolid. En el otro área, Álvaro Martínez se mostraba implacable en los siete metros y abría mucho más las distancias para directamente silenciar a los casi 1.800 aficionados locales.
Al final, el Dicorpebal celebró una gran victoria, la primera fuera de las fronteras del Palacio de los Deportes, y con una lección magistral de este grupo que crece partido a partido, rompiendo la muralla que había llevado al Recoletas a la zona alta de la clasificación. Este equipo, al igual que su proyecto, empieza a ilusionar mucho.
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Enlace de origen : Lección del Dicorpebal en Huerta del Rey