
Iván Orio
Sábado, 11 de octubre 2025, 18:44
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Jon Rahm escalaba con solvencia la montaña en el Club de Campo Villa de Madrid en la tercera jornada del Open de España y, cuando … tenía la cima al alcance de la mano, la cuerda se rompió y cayó a plomo, sin red, con el único objetivo ya de minimizar los daños y fiándolo todo al manual de supervivencia. Otra vez en estado de gracia con el juego corto y algo mejor desde el tee que en las vueltas precedentes, el vizcaíno creció poco a poco en el modificado recorrido de la prestigiosa cita del circuito europeo y llegó a formar parte del pelotón de cabeza. Sin embargo, un demoledor doble bogey en el par tres del hoyo 11 frenó en seco la remontada y vio cómo sus rivales se alejaban a velocidad de crucero, sin posibilidad alguna de reengancharse al tren de los candidatos al triunfo. El de Barrika salía con un menos cuatro desde el tee del 1 a las 11.27 horas y con ese mismo resultado se presentó en la casa club, nada menos que a doce golpes del sólido líder, el inglés Marco Penge.
El sol ganó esta vez la batalla a las nubes en la capital y regaló un día espectacular para los golfistas y los miles de aficionados que se acercaron al campo con el ánimo de ver de cerca a sus ídolos. Con los rascacielos en el horizonte y encaramado a la pequeña loma que cobija la salida del hoyo inicial, un emblema ya de este torneo, Rahm ejecutó su primer golpe. En ese swing confluían los dos objetivos del vencedor del Abierto de Estados Unidos y del Masters en su afán por conquistar su cuarto título en el Open de España y superar así a su principal referente, Severiano Ballesteros; encontrar la regularidad y presionar a quienes iban por delante de él en la tabla para darse hoy una oportunidad de volver a coronarse ante los suyos.
El comienzo no invitó al optimismo. El vizcaíno se atascó en su ataque a la primera bandera y tuvo claro desde el principio que el combate iba a ser muy duro. Bogey y a remar a contracorriente. Solventó con suficiencia los dos siguientes hoyos y sacó a relucir su desbordante talento en el par 5 del hoyo 4 con un eagle desde el rough que le devolvía la esperanza. Después de otro tropiezo, y como ya hizo la víspera, conquistó las banderas 6, 7, 8 y las opciones aumentaron de forma exponencial. En ese momento su casillero mostraba un menos siete y sus contrincantes empezaban a sentir su alargada sombra. Los buenos presagios se mantuvieron cuando salió inmaculado de los greenes de los hoyos 9 y 10, los que le atormentaron el jueves. El escenario prometía y sus gestos así lo atestiguaban.
Golf en estado puro
Y de repente se le hizo de noche. Todo lo que podía salir mal en el 11 salió peor. Tiro desde el tee a un rough endiablado y cuesta abajo, mala recuperación con la bola casi sin moverse ‘escondida’ entre la hierba, tiro frustrado a green y dos putts. Golf en estado puro en menos de veinte minutos. De rozar el cielo a descender a los infiernos. De la luz a la oscuridad. El semblante de Rahm cambió radicalmente desde ese instante. Avanzó con lentitud y cariacontecido en dirección al tee del 12 y ya nada fue lo mismo. Lo sucedido le había hecho mucho daño. Consiguió sostenerse con su insuficiente menos cinco hasta el green del 15. En el 16 surgieron de nuevo los fantamas y cayó otro bogey. Adiós al torneo.
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Enlace de origen : Rahm se despeña cuando iniciaba la escalada en el Open de España