Ante la incapacidad de hacer presión directamente sobre Rusia para que ponga fin a la invasión de Ucrania, las potencias occidentales han tratado en diferentes … ocasiones de convencer a China e India, principales salvavidas económicos y políticos de Moscú desde que inició la Operación Militar Especial, de que intenten detener a Vladímir Putin en su expansión hacia el oeste. Si alguien albergaba alguna esperanza de tener éxito con esa estrategia, ayer llegó una contundente respuesta negativa desde la ciudad china de Tianjin en forma de una serie de tres imágenes muy significativas.
En primer lugar, el primer ministro indio, Narendra Modi, y el timonel chino, Xi Jinping, se fotografiaron con Putin poniendo sus manos una encima de otra, como si fuesen un equipo deportivo antes de un partido; después, Modi publicó una imagen de sí mismo dando un paseo en coche con Putin y el mensaje «las conversaciones con él siempre son perspicaces»; finalmente, ambos llegaron cogidos de la mano al recinto en el que mantuvieron una reunión bilateral en la que decidieron «incrementar su cooperación en todos los sectores, incluido el comercio», lo cual indica que Modi no tiene intención de cortar las importaciones de hidrocarburos rusos. «1.400 millones de indios te esperan ansiosos», le dijo a Putin cuando le extendió su invitación a visitar India.
No al ‘bullying’
Si aún quedaban dudas al respecto de la decreciente capacidad de influencia de Occidente, Xi las despejó durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO, por sus siglas en inglés). «Debemos avanzar hacia un orden multipolar igualitario y ordenado, hacia una globalización que sea inclusiva y beneficiosa para todos, así como hacia una gobernanza global justa y equitativa», señaló el presidente chino en su discurso. Refiriéndose a Occidente pero sin mencionarlo, Xi fue rotundo al oponerse a «la mentalidad de la Guerra Fría, el hegemonismo, la lucha de bloques y el ‘bullying’» de algunas potencias, en clara alusión a Estados Unidos.
Putin y Modi caminan cogidos de la mano.
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«Debemos asegurar que todos los países, independientemente de su tamaño, poder adquisitivo y riqueza, sean participantes, tomadores de decisiones y beneficiarios en igualdad de condiciones de la gobernanza global», afirmó el mandatario, que enfatizó la necesidad de «aumentar la representación y la voz de los países en desarrollo, acatar la legalidad internacional sin caer en dobles raseros ni en la imposición al resto de las normas internas de unos pocos países».
Consciente de que muchos consideran que China juega ahora un papel de liderazgo similar al de la Unión Soviética, y de que no faltan quienes temen que su objetivo sea sustituir a su rival americano, Xi trató de disipar los temores que eso suscita subrayando la necesidad de fortalecer las organizaciones multilaterales ya existentes, «con Naciones Unidas en el centro» y la Organización Mundial del Comercio «como núcleo del comercio internacional».
Xi durante su intervención.
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No obstante, de forma paralela a estas instituciones, Xi avanzó su deseo de continuar con la construcción de un orden mundial paralelo al de las potencias coloniales tradicionales que sirva más a los intereses del Sur Global. Y, para ello, propuso el establecimiento de un banco para el desarrollo de los miembros del SCO, a imagen y semejanza del que ya lidera para el continente asiático.
Más cooperación
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, alabó «los tremendos cambios que se han producido en China» y aplaudió la iniciativa, que considera especialmente interesante para financiar proyectos internacionales, fortalecer las divisas nacionales en detrimento del dólar estadounidense y, de paso, mitigar el impacto de las sanciones occidentales. De momento, China se compromete a destinar 280 millones de dólares en préstamos y a poner en marcha un centenar de proyectos «pequeños y bonitos» en los países que integran la organización, muchos de los cuales también participan en la Nueva Ruta de la Seda ideada por el líder chino.
Xi se comprometió a continuar vertebrando al Sur Global y señaló tres sectores clave en los que desea avanzar: energía, industria verde y economía digital, tres ámbitos en los que Pekín lidera la carrera global. Para cooperar en esos asuntos, Xi anunció la fundación de tres centros de formación centrados en la innovación científica y tecnológica, la educación superior y la formación profesional y técnica. «También estamos dispuestos a compartir los beneficios del avance en inteligencia artificial», apostilló.
El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, ahondó en el plan de Xi durante la conferencia de prensa tras la cumbre y señaló que la SCO ha adoptado una hoja de ruta para construir ese mundo multipolar en la próxima década. «El documento que detalla esa estrategia de desarrollo sienta las bases y una dirección clara» para afrontar las crecientes tensiones geopolíticas que suponen una amenaza para el bloque. La SCO ha decidido establecer cuatro centros de seguridad que se centrarán en labores de Inteligencia y que combatirán el crimen trasnacional y el narcotráfico, entre diferentes lacras.
Xi quiso aprovechar la cumbre para demandar de nuevo que la historia no se escriba desde Occidente. Mañana Pekín se engalanará para celebrar el gran desfile militar en conmemoración del 80 aniversario del fin de «la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista» y el líder comunista recalcó que se debe promover en el mundo «una correcta visión de lo sucedido» y no la que determine Hollywood.

Putin exige que se «recupere un equilibrio de seguridad»
Vladímir Putin no ha movido un ápice su postura sobre Ucrania desde que decidió lanzar la invasión a gran escala del país vecino, en 2022. Y menos lo hará ahora que se siente arropado por numerosos líderes mundiales y comprueba que las amenazas de imponer aranceles secundarios que hizo Trump no se materializan a pesar de que no pasa por el aro.
No en vano, ayer, el presidente ruso volvió a culpar a Occidente de haber encendido la guerra. «Esta crisis no fue provocada por el ataque ruso en Ucrania, sino que fue el resultado de un golpe de Estado en Ucrania, el cual fue apoyado y provocado por Occidente», afirmó, añadiendo que «la segunda razón de esta crisis son los constantes intentos de Occidente de llevar a Ucrania a la OTAN».
En esta coyuntura, Putin reiteró que para lograr la paz primero es indispensable «eliminar las causas en la raíz del conflicto», que se «restablezca un equilibrio de seguridad» y que «se alcance una resolución a largo plazo».
Enlace de origen : China, Rusia e India hacen frente unidos al 'bullying' de los países occidentales