
Dice que es su esencia, que nació para ello; solo le hacía falta tiempo para darse cuenta. Pablo García (Granada, 1990) siempre ha presumido de … su fe, primero en ‘petit comité’, luego ante sus más de 650.000 seguidores de Instagram, pero hasta hace unos meses no supo con certeza que su sino era ser sacerdote. En los últimos cuatro años, además de publicar con naturalidad su amor por Dios y la importancia del rezo en su día a día, tan necesario para él como respirar, ha hecho de las redes sociales su modo de vida. Gracias a las campañas publicitarias y a sus trabajos como modelo ha vivido cómodamente y ha viajado por el mundo, pero ahora le toca cerrar esa etapa (y las redes) para embarcarse en un proyecto tan «ilusionante» como diferente: ingresar en el seminario a finales de mes. Así lo anunció el pasado domingo a sus seguidores a través de un vídeo que generó una ola de visualizaciones y comentarios imposible de abarcar: «Sabía que pasaría esto porque a ojos del mundo es muy llamativo, pero estoy tranquilo. Voy a vivir la vida que Dios pensó para mí», explica en una entrevista a esta redacción.
Cuenta que llevaba «años» con esta idea «en la cabeza y en el corazón», aunque en los últimos tiempos la voz ha sonado «más intensa» y ha decidido tomar cartas en el asunto. «No es algo esporádico, es una llamada que prevalece y nunca se calla, pero hay que darle tiempo. Solo sé que Dios me ha elegido y me ha dicho que tome este camino», afirma rotundo. Esa voz fue resonando en su mente cada vez más, hasta que tuvo que afrontarlo y tomar decisiones: «En los últimos meses le dije: Señor, si es lo que tu quieres, yo también, aunque humanamente no me apetezca».
Es plenamente consciente de que tendrá que abandonar otros planes al elegir este camino. No le importa, puesto que en la balanza, dice, «pesa mucho más la mirada del Señor». «Me voy con él aunque renuncie a tener pareja y formar una familia. Es lo que verdaderamente quiero hacer, vivir la vida que Dios pensó para mí. Tendrá que ayudarme a perseverar, él me dará los medios y la fortaleza para aguantar», manifiesta el joven, de 35 años, el mayor de una familia de ocho hermanos.
La publicación de Instagram cuenta con más de 1,8 millones de visualizaciones, 83.000 ‘me gusta’ y otros tantos miles de comentarios. Pablo era consciente de que generaría esa reacción, al tratarse de una decisión «muy llamativa para el mundo», pero está feliz y tranquilo. «No he podido responder casi ningún mensaje, tendré que echar horas para hacerlo, pero estoy encantado. Aunque los mensajes no fueran preciosos, también lo estaría», apostilla.
A final de mes ingresará en la Diócesis de Getafe. Hasta entonces, continuará su actividad en redes sociales, puesto que tiene contratos publicitarios firmados y debe cumplir con su palabra. Este mes le servirá también para asimilar lo que viene, estar con sus amigos y disfrutar de la familia. Después, le dirá adiós a las redes y se centrará, como avanzó en el vídeo viral, en un nuevo capítulo de «silencio, hábitos y rutinas». Intenta no pensar en el futuro, pues no sabe qué le tendrá deparado. «Acabaré donde el Señor quiera, me da igual en Granada, mi tierra, que me encanta; Madrid, donde vivo; o fuera, en un país como Argentina. Estaré donde se me necesite», concluye Pablo, que solo tiene palabras de agradecimiento para sus seguidores y una petición: que recen por él.
Enlace de origen : «Solo sé que Dios me ha elegido»