
La plaza de toros de Calahorra registró una buena entrada en la novillada de este viernes. Alrededor de media plaza fue ocupada por un público … que esperó paciente en la fila de taquillas para poder adquirir su localidad. Precisamente en ese rosario interminable que aguardaba a retirar su entrada se comentaba la importancia de la tarde porque en el cartel se encontraba anunciado un torero calagurritano. Este viernes Alberto Donaire volvía a casa un año después de haber hecho el paseíllo en el centenario coso de la bimilenaria y, además, lo hacía tras la grave cornada sufrida en Valencia el pasado octubre, aún muy presente en la memoria de los aficionados.
Después del tradicional desfile protagonizado por las guapas, y los guapos, de la localidad dio comienzo el paseíllo con algo más de quince minutos de retraso sobre el horario anunciado en los carteles. Una vez roto el paseíllo de los dos novilleros junto al sobresaliente el respetable tributó una cariñosa ovación a Alberto Donaire.
El primero de la tarde, bien presentado, pero sin opciones, permitió al calagurritano lucirse de salida con un vistoso saludo capotero. El novillo metió los riñones en el caballo y recibió un quite por chicuelinas por parte de Donaire.
La alegría del caballo se fue diluyendo y en la muleta el animal fue otra cosa.
Donaire se gustó en el trasteo inicial para sacar al astado más allá de las dos rayas y a partir de entonces el novillo se paró. Escarbó, olisqueó el albero y, lo peor de todo, no pasó y se quedó debajo de los trastos. El calagurritano se mostró dispuesto a pesar de no tener opción. Tomó la espada, que se le atragantó, y escuchó un recado del palco.
El tercero ofreció más fijeza de salida, aunque blandeó y mostró poco recorrido en el capote del joven riojano. Donaire planteó la faena prácticamente en los medios. Buscó la colocación y signó derechazos de bella factura que resultaron ser los más rotundos de una actuación que perdió fuerza a medida que el novillo se vino abajo. De nuevo, falló con el mandoble. El público, entregado, le invitó a dar la vuelta al ruedo.
Pedro Andrés tuvo la intención de recibir a su primero a portagayola pero el de Pincha salió corretón y no atendió al capote del novillero. El alavés optó por mecer el capote con suavidad, pero el novillo recibió un duro castigo en el caballo y puso en aprietos a la cuadrilla en el tercio de banderillas. Pedro Andrés dio comienzo al trasteo de rodillas con muy buena actitud. El astado solo hacía por irse y el alavés procuró mantenerlo poniendo el engaño con mucha premura entre cada muletazo. Finalmente, el novillo buscó las tablas y al hilo del olivo el vitoriano colocó media estocada. El astado fue duro para finar y sonó un aviso. El joven dio una vuelta al ruedo.
El último de la tarde, el que hizo cuarto, fue un ejemplar que mostró nobleza durante la lidia, a pesar de la brega tan desordenada que recibió en banderillas.
Pedro Andrés planteó casi en el platillo una labor con altibajos en la que faltó la colocación. Se echó en falta el sentido de la medida en una actuación cuyo epílogo se escribió en las cercanías. Erró con el mandoble y, finalmente, dio una vuelta al ruedo por su cuenta.
Una corrida de rejones para la segunda de feria
El coso calagurritano será esta tarde, a las 18 horas, el escenario del festejo de rejones que acostumbra a ser muy bien acogido por el público de la bimilenaria. En el cartel se anuncian astados del hierro portugués de Rosa Rodríguez.
Sergio Domínguez será el encargado de abrir el cartel de este penúltimo día de agosto, mes en el que el rejoneador de Calahorra ha hecho el paseíllo, entre otros cosos, en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Después actuará Lea Vicens, que hace un par de años debutó en el centenario coso. La terna se completa con la
presencia de Guillermo Hermoso de Mendoza.
Enlace de origen : Novillada sin opciones en Calahorra