Los principales líderes europeos, incluidos los máximos dirigentes de la UE y la OTAN, acompañarán hoy a Volodímir Zelenski en su reunión con Donald Trump … en la Casa Blanca. La entrevista se ha convertido en una cumbre euro-estadounidense en toda regla ante la ventana abierta para un proceso de paz en Ucrania, después del encuentro entre los presidentes de EE UU y Rusia el pasado viernes en Alaska.
Los aliados consideran que se trata de aprovechar el momento «más cercano al final de la guerra» que se ha registrado desde hace tres años y medio, en palabras del primer ministro británico, Keir Starmer. Pero también de hacer frente «unidos» a cualquier influencia que el jefe del Kremlin haya podido ejercer sobre el presidente estadounidense para arrancar concesiones a Kiev.
Según el Gobierno francés, otro de los objetivos primordiales de este viaje a Washington consiste en engrasar la coordinación entre Europa y Estados Unidos «para alcanzar una paz justa y duradera», además de «preservar los intereses vitales de Ucrania y la seguridad» del Viejo Continente. En otras palabras, los aliados quieren dar ya pasos tangibles en lo que sería un despliegue militar europeo en territorio ucraniano cuando termine el conflicto bajo la cobertura estadounidense.
La reunión será muy diferente a la que el líder ucraniano celebró en marzo en el Despacho Oval, donde fue abroncado y expulsado por Trump y su vicepresidente, JD Vance. El hecho de que ahora le acompañe la ‘guardia pretoriana’ de Europa Occidental garantiza que no recibirá gritos, aunque sí entra dentro de lo posible una conversación tensa. Los socios a este lado del Atlántico confían en que la presión que ejerce en su conjunto el bloque europeo, al que Trump quiere dejar gran parte de la responsabilidad en la post-crisis ucraniana, funcione como factor de sosiego.
En cualquier caso, se presume que los ánimos de todos los presentes serán ahora «más constructivos», dada la «ocasión histórica» que se presenta para silenciar las armas en la nación invadida. Incluso por parte del anfitrión, si se hace caso al secretario de Estado, Marco Rubio, quien ayer manifestó que Kiev tendrá el control de las decisiones que atañen a su país, aunque previamente advirtió que los dos bandos deberán hacer concesiones.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; el canciller alemán, Friedrich Merz; el presidente francés, Emmanuel Macron; el ‘premier’ británico, Keir Starmer; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente finlandés, Alexander Stubb, confirmaron que escoltarán al mandatario ucraniano. Esta decisión, y la de Trump de ampliar el formato hasta dejar pequeño el Despacho Oval, demuestran la importancia del encuentro y una voluntad general de adaptarse a un nuevo enfoque geopolítico ante uno de esos trenes que no pasan dos veces, al menos, sin más derramamiento de sangre. Von der Leyen recalcó que acude a la cumbre «a petición» del presidente estadounidense, a quien agradeció su intención de promover unas garantías de seguridad «sólidas». Según el enviado especial norteamericano Steve Witkoff, la Casa Blanca contempla el protagonismo europeo en las fuerzas de paz y la aplicación de un sistema parecido al Artículo 5 de la OTAN -que establece cómo una agresión a uno de sus socios debe ser respondida por todos-, pero sin la OTAN. El trampantojo geopolítico parece tener mejor calado en el ánimo de Putin, cuyo mantra es que la Alianza no se plante delante de la frontera rusa.
Los escollos, sin embargo, perviven entre los europeos y la Casa Blanca. El presidente ruso exigió en la reunión en Anchorage que Kiev le transfiera el 30% del territorio de Donetsk que no ha logrado ocupar militarmente a cambio de congelar la invasión en la actual línea de frente. También rechazó una tregua previa a cualquier proceso de negociación.
Su interlocutor le ha comprado aparentemente las dos ideas, que el jefe del Kremlin pone como condición indispensable para abrir la puerta a una conversación. Pero Europa lo ve muy diferente.
Un «gran progreso»
Zelenski se reunió ayer en Bruselas con Úrsula von der Leyen y posteriormente los dos celebraron una videoconferencia con los otros gobernantes que les acompañaran, todos ellos pesos pesados de la Coalición de Voluntarios que propone construir una misión de paz en la exrepública soviética cuando termine la invasión. La presidenta de la UE y su homólogo ucraniano anunciaron su discrepancia absoluta con los planes de Putin respecto al desestimiento de un alto el fuego o la cesión de la región completa de Donetsk, convertida por el mandatario ruso en una especie de metáfora del triunfo.
Zelenski recordó en Bruselas que la Constitución de su país prohíbe «ceder territorio o comerciar con tierras», una alusión que lanzó recientemente en las redes y le costó una amonestación por parte de Trump. Quizá por ese motivo, a renglón seguido añadió: «Dado que la cuestión territorial es tan importante, debería ser discutida sólo por los líderes de Ucrania y Rusia en una reunión trilateral». Esta fórmula le muestra más flexible por un lado pero obligaría a Putin a pelear cara a cara por la concesión, lo que, cuando menos, significaría una compensación moral por el castigo ruso. La disposición al encuentro trilateral satisfará, sin duda, a Trump, quien quiere impulsarla «inmediatamente» para que tenga lugar el 22 de agosto.
El mandatario kievita también adelantó al presidente de EE UU que las garantías de seguridad que éste ofrece a la exrepública «deben ser realmente muy prácticas, ofreciendo protección en tierra, en el aire y en el mar».
Desde Macron a António Costa y Von der Leyen, los gobernantes europeos se mostraron ayer muy firmes en sus reclamaciones de «unidad» y de que «nada se decida sin Ucrania». Trump respondió con un par de mensajes en su red social. En uno de ellos exclamaba: «¡Gran progreso en relación con Rusia! ¡Continuaremos!». El segundo simplemente reproducía un tuit de uno de sus seguidores: «Ucrania debe estar preparada para ceder parte de su territorio a Rusia; de lo contrario, cuanto más dure la guerra, más territorio seguirá perdiendo».
Enlace de origen : La UE escoltará a Zelenski en su reunión con Trump, con la cesión territorial como escollo