Vladímir Putin tiene a Donald Trump «muy, muy descontento», repitió este lunes este último, pero no lo suficiente para tratarle tan mal como a otros … aliados. «No quiero decir que sea un asesino, pero sí un tipo duro», explicó, con el que además se ha sentido frustrado en sus conversaciones para alcanzar un alto el fuego en Ucrania. Como resultado de ese descontento, el presidente de EE UU anunció que podría imponerle «un cien por cien» de aranceles si no hay un acuerdo sobre la guerra en 50 días.
Serían «aranceles secundarios. Ustedes saben lo que eso significa», precisó. En realidad, no lo sabía ni él. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, aclaró después a los periodistas de la Casa Blanca que el presidente en realidad quería decir «sanciones secundarias», no «aranceles».
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En el contexto internacional, los aranceles secundarios son gravámenes que se imponen a los bienes de un tercer país para sancionar el comercio indirecto y evitar que se triangulen las ventas con idea de evitar otras sanciones o tasas. Por ejemplo, si los productos de China se comercializaran hacia otro mercado a través de Vietnam, que tiene un acuerdo más favorable, sufrirían un cargo adicional. «Lo puedes hacer como una multa económica», explicó Lutnick. O sea, «si te cojo haciéndolo, tendrás que pagar».
En realidad, Trump perseguía los titulares de que ha dado un golpe sobre la mesa para poner firme a Rusia. La explicación no llegará a la mayor parte de sus bases. Tampoco le interesa dañar el comercio directo que tiene con Rusia, estimado en 3.500 millones de dólares en 2024, a pesar de que su país tiene un déficit de balanza comercial con ese país.
Ese déficit se va reduciendo, con una caída en 2024 del 34.2% respecto al año anterior. Entre los bienes que EE UU compra a Rusia se incluyen un combustible crucial para los reactores nucleares y un metal precioso utilizado en los catalizadores de vehículos.
A plazo fijo
«No quiero decir que sea un asesino, pero sí un tipo duro», dice de Putin, a quien da 50 días para negociar el alto el fuego
Arsenal
El suministro abarca tanto misiles Patriot como otros de largo alcance
Mercado
Los aliados transferirán su material a la exrepública y luego lo repondrán comprándoselo a EE UU
El presidente admitió que habla «muy a menudo» con Putin y siempre cuelga con buen sabor de boca. «Pero luego llego a casa y le cuento a la primera dama que hoy hablé con Vladímir y tuvimos una conversación maravillosa, y ella responde: ‘¿Ah, sí? Pues acaban de bombardear otra ciudad’». Melania Trump, una exmodelo eslovaca, se presenta así como una voz influyente en su marido, que desde el principio ha sido cuestionado por confiar en Putin. «Ha engañado a mucha gente, a Clinton, a Bush, a Obama, pero a mí no», delaró. «Llegado cierto punto, hablar no sirve de nada. Tiene que haber acción. Resultados».
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, al que llamó el jueves pasado para que acudiese a Washington a acompañarle en el anuncio, le apoyó en su decepción con Putin y defendía que primero le diera «la oportunidad de ser serio», dijo con su habitual pleitesía. «Hiciste exactamente lo que esperaba que hicieras: romper el estancamiento, iniciar la conversación, porque había que ponerlo a prueba. Tú fuiste el único capaz de empezar ese proceso».
Sistemas de misiles Patriot estadounidenses.
Reuters

Una nueva oportunidad
Putin no ha pasado la prueba y ahora tiene una nueva oportunidad -de 50 días– para demostrar al inquilino de la Casa Blanca que puede ser un socio para la paz que busca trabar en Ucrania. Mientras, Kiev ha conseguido del mandatario que acepte venderle armas ofensivas y defensivas a la OTAN para que la organización se las done a su vez al ejército ucraniano. De esa forma Trump puede presumir de estar haciendo negocios para los estadounidenses y seguir alimentando la maquinaria de guerra asegurando que son los países europeos los que pagarán «por ellas «al cien por cien».
Para agilizar la primera oleada, Rutte está en contacto con varios países europeos que han aceptado enviar misiles a Ucrania de sus propios arsenales, que luego serán repuestos comprándoselos a la industria militar estadounidense. Entre ellos mencionó a Alemania, «masivamente», así como Finlandia, Dinamarca, Suecia, Noruega, Reino Unido, Holanda y Canadá. «Todos quieren ser parte de esto», afirmó satisfecho.
«Recomendaría a Putin retomar la negociación con más seriedad»
«Ucrania tendrá acceso a una cantidad realmente masiva de equipamiento militar, tanto para defensa aérea como misiles y munición», aclaró este lunes Mark Rutte. Y si Putin está escuchando, añadió, «yo que él reconsideraría retomar las negociaciones con Ucrania más seriamente».
La cuestión es que nadie sabe qué camino tomará el Kremlin, Según el portal Axios, el líder ruso confesó el pasado 3 de julio a Trump que tiene previsto escalar en su ofensiva durante los próximos 60 días para apoderarse de todo el territorio del Donbás hasta sus fronteras administrativas. Y eso encendió al presidente de EE UU, que en una llamada a su homólogo francés, Emmanuel Macron, le dijo: «Putin lo quiere todo».
Enlace de origen : Trump amenaza a Rusia con aranceles del 100% y aprueba el envío de misiles a Kiev