«Habían venido miles de personas con una tienda de campaña, una caravana o para alquilar una casita a orillas del río, pero no sabemos … quiénes son ni cuántos». El teniente gobernador de Texas, Dan Patrick, reconoció ayer que cualquier cifra de muertos por las repentinas riadas que el viernes arrasaron parte del centro del Estado es todavía provisional, porque muchas de las víctimas que las aguas arrastraron han quedado sepultadas por el lodo o atrapadas en lugares de difícil acceso. Al cierre de esta edición, esa trágica estadística sumaba ya 79 fallecidos: 68 fueron localizados en el condado de Kerr y 28 son menores. Y habría al menos 41 desaparecidos, según acabó confesando el gobernador.
«Pero tengo la esperanza de que se produzcan milagros», añadió Patrick, convencido de que aún se pueden hallar víctimas de las inundaciones con vida. «Nunca nos damos por vencidos en la búsqueda de alguien. En el pasado hemos sufrido tormentas que han arrastrado a gente 16 o 24 kilómetros río abajo, y los hemos encontrado vivos más tarde», declaró el político. Eso sí, admitió que estas horas clave para encontrar supervivientes «se están haciendo muy largas» y, para colmo, hoy hay riesgo de que vuelvan las tormentas.
El país entero aguarda en vilo noticias, especialmente sobre la suerte que han corrido las 11 niñas del Camp Mystic que aún permanecen desaparecidas. Las otras 16 que estaban en paradero desconocido aparecieron sin vida y, según la prensa local, Dick Eastland, uno de los directores de este campamento de verano religioso para chicas fundado en 1926 y que siempre ha estado bajo el control de la misma familia, también ha fallecido por las riadas.
Zona catastrófica
Labores de búsqueda y destrozos en el condado de Kerr.
AFP/Reuters



Mientras equipos de rescate acompañados por perros adiestrados y numerosos vecinos continúan buscando supervivientes y cadáveres entre montañas de lodo y de ramas, los políticos tratan de paliar otras de las consecuencias de la catástrofe natural. Ayer, el presidente de EE UU, Donald Trump, que aún no ha visitado el lugar -avanzó que podría ir este «viernes»-, declaró zona catastrófica el condado de Kerr «para que los valientes equipos de primera respuesta tengan todo lo que necesitan». «Esta es una catástrofe no vista en 100 años y es simplemente tan horrible de ver», subrayó el líder republicano, que también extendió sus condolencias a las familias de los fallecidos y se congratuló de que «se haya salvado la vida de 850 personas».
No obstante, entre los vecinos ayer se multiplicaron las críticas por la falta de una alerta a tiempo. «Cuando avisaron, ya estaba todo devastado», comentaba una mujer a undiario local de Kerr. La prensa trató de preguntar por esta cuestión al vicealcalde de esa localidad, Dalton Rice, pero este se marchó remitiéndose a lo que ya había dicho el sábado, cuando afirmó que «no hubo tiempo para prevenir» el desastre.
Algunos críticos de Trump señalaron a ‘The New York Times’ que los despidos en la agencia meteorológica nacional pueden haber influido en esta situación, ya que había numerosos puestos vacantes. Además, Kerr carece de un sistema de alerta temprana porque, sdegún el juez Rob Kelly, «los contribuyentes no quieren pagar por ello». Por su parte, los expertos en cambio climático advierten de que estas riadas serán cada vez más habituales y que los avisos son imprescindibles para salvar vidas.
Teorías de la conspiración
FAKE WEATHER. REAL DAMAGE.
Hurricane Helene left me powerless for 16 days & caused $57K in damage.
This isn’t just “climate change.”
It’s cloud seeding, geoengineering, & manipulation.If fake weather causes real tragedy, that’s murder.
Pray. Prepare. Question the narrative.… pic.twitter.com/pBtlXUqlU4
— Kandiss Taylor (@KandissTaylor) July 5, 2025
Como no podía ser de otra manera, la catástrofe también ha atraído la atención de los conspiranoicos, como es el caso de Kandiss Taylor, candidata del movimiento de Trump, MAGA, al Congreso por Georgia. En su opinión, las inundaciones podrían ser fruto de una técnica conocida como ‘siembra de nubes’, que consiste en rociar el cielo con yoduro de plata para provocar precipitación sobre zonas que sufren sequía, como sucedía en el condado de Kerr.
Taylor considera que estos fenómenos climatológicos extremos son provocados. «Falsos huracanes. Falsas inundaciones. Falso. Falso», escribió en X. Aunque es cierto que en Texas esta técnica se utiliza, los expertos descartan que esté detrás de la catástrofe.
Enlace de origen : Estados Unidos aguarda en vilo noticias sobre las 11 niñas que siguen desaparecidas en Texas