La noche ha sido larga y movida en el servicio de Urgencias del Hospital San Pedro. No es la primera. «Ya es así casi cualquier … día», resume una trabajadora del servicio. Esperas de diez y doce horas, reclamaciones presentadas por demora, falta de servicios básicos y hasta de limpieza son algunas de las quejas de una noche «en la que los médicos no daban abasto», según una usuaria.
El lunes, el sindicato STAR denunciaba que el servicio se encontraba «desbordado» y revelaba, en otros aspectos, que había 25 pacientes a la espera de una cama para pasar a planta. Este martes, la consejera de Salud rechazaba esa idea de colapso, aunque reconocía que se atendió a 413 usuarios «por encima de la media, aunque con la gripe hay hasta 500». Y también que había «39 personas esperando, pero eso no es colapso ni mucho menos. Colapso es la ruptura del sistema y ni con el covid lo hubo», ha asegurado antes de contraatacar: «Quizás la definición de colapso varía según quién gobierne». «Es normal en nuestro sistema. Tras el fin de semana siempre hay un pico asistencial y más cuando hay fiestas por puentes o vacaciones. A este lunes se ha sumado además la ola de calor que trae incidencias siempre», ha recalcado Martín.
A mediodía de este martes la situación no había mejorado. Desde CSIF se cifraba en 41 el número de pacientes a la espera de una cama. «Los 15 boxes están llenos, también los 21 de observación y los 18 de prehospitalización. Están abiertos los ‘toriles’ y hay seis de las ocho camas ocupadas», ha explicado Raquel Marín. A estas cifras se sumaban a las 12.00 horas tres ambulancias en la puerta y 60 personas en la sala de espera.
Esta saturación se produce en un momento estival en el que dos controles (alas del San Pedro) se encuentran cerradas: el D de la tercera planta y el C de la cuarta, lo que supondría «50 camas más para hospitalizar». Por esta razón, desde STAR, CSIF y Satse (que cifró en 54 las camas clausuradas) se exige la reapertura y el refuerzo de personal. «Salud se ahorra dinero porque al personal de esos controles se les mueve para cubrir las bajas por vacaciones», asegura Marín. «Es cíclico de los veranos: el cierre de los controles provoca este embotellamiento», añade Ángel Nepomuceno Guinea, de STAR.
Por estas razones, ambos sindicatos coinciden en exigir su reapertura y más personal. «Con más cantidad de trabajo es necesario más personal», indica Guinea, recordando también la especial situación de la ola de calor, que está provocando el agravamiento de pacientes pluripatológicos.
«Si se trata de un problema puntual habría que darle la vuelta a la organización. Pero es que no es puntual, es recurrente. Y el personal está que se tira de los pelos porque no llega a más», abunda Marín.
Para la consejera, la situación de Urgencias es «un tema recurrente cuando empieza el verano». «Es una cuestión puramente de gestión, de médicos y profesionales que se van de vacaciones, pero especialmente de pacientes que rechazan intervenciones en periodo vacacional sobre todo. La gestión la hacemos de la mejor manera posible para el personal y para los pacientes», ha defendido.
Actividad extraordinaria
Si el actual esquilibrio es inestable, los sindicatos recuerdan también que durante estos días (y durante julio y agosto) se está manteniendo la actividad quirúrgica extraordinaria, es decir, que se está operando por la tarde, lo que se conoce como ‘peonadas’ de los médicos, con las que el Gobierno regional está combatiendo las listas de espera. Este aumento de las intervenciones provoca que se necesiten más camas en un momento en el que estas se encuentran tan solicitadas.
Enlace de origen : Otra noche frenética en Urgencias que deja a 41 pacientes pendientes de cama