Holika ha cerrado este domingo su séptimo capítulo. El de Duki, Ozuna, Timmy Trumpet, Dimitri Vegas y Omar Montes. El festival plegaba velas después de cuatro días en los que ha se vivido prácticamente de todo: desde la cancelación de casi la mitad de los conciertos del escenario principal en la madrugada del viernes por problemas técnicos hasta los super llenazos con los artistas estrella. No han faltado meteduras de pata, como la de Ozuna, que no llegó a tener claro que el festival se celebraba en Calahorra y no en Logroño, o momentos mágicos como el de Omar Montes subiendo al escenario a un joven y a su entregada madre, que había pedido al artista que felicitase al chaval por su cumpleaños.
El séptimo capitulo de Holika será recordado también por el de la ampliación de la zona de acampada y el tren del centro comercial Arcca que ha evitado a los ‘holikers tener’ que subir con el sol de lleno la pendiente de la calle Mediavilla para llegar al segundo ‘centro de operaciones’ del festival: Mercadona.
Pero este domingo en el camping, más que recordar, tocaba recoger. La mayoría lo hacía con sólo un par de horas de sueño y otros, directamente sin haber pasado por la tienda de campaña. Cierre de maletas, plegado de sillas, un rápido repaso para asegurarse de no haberse dejado nada (aunque el desorden y la basura después de cuatro días de festival volvía a ser monumental) y directos a la salida donde padres y madres esperaban en el coche a la chavalería para llevarla de nuevo a Irún, Miranda de Ebro, Vitoria, Logroño, Zaragoza… Y así hasta otros muchos municipios, principalmente del norte de España, desde donde se han desplazado los miles ‘holikers’ que han llegado a Calahorra.
«Lo mejor es la experiencia de venir aquí con tus amigos y estar con ellos»
A punto de subirse en el vehículo de regreso a Donosti, Hizea y Nora hacían balance de lo mejor y lo que debería mejorarse para próximas ediciones. «La entrada y salida al camping ha sido un poco desastre», aseguraban al explicar que «para entrar (a la zona de descanso) desde el festival tenías que dar un rodeo enorme». El punto positivo de este año en la acampada es que «había muchas más duchas», pero «quitaron las fuentes y no había agua potable», señalaban las dos jóvenes para quienes este ha sido su tercer festival en Calahorra.
Un par de chicas cargando en el parking.
I.Á.

«Había más duchas», pero «quitaron las fuentes y no había agua potable»
Los problemas con el sonido
¿Y el mejor concierto? Ambas tenía claro que «Ozuna». «A todo el mundo le ha encantado», apostillaban, aunque lamentaban que en varias actuaciones «hubo problemas con el sonido». «El sábado hasta un dj se quejó porque el sonido no se escuchaba bien», decían. Pero a pesar de los ‘contras’ en la balanza pesaba más lo vivido con el resto de la comunidad holiker en la acampada. «En general, lo mejor es el camping. El calor es inaguantable, pero el ambiente está muy bien», destacaban. Y es que, «lo mejor es la experiencia de venir aquí con tus amigos y estar con ellos durante cinco días».
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Enlace de origen : El festival se marcha en el maletero