
Derrota, dura y abultada derrota, del Varea en casa del Rayo para despedirse de un ascenso que sigue siendo su espina clavada. Se vio superado … y mucho por un rival superior, aunque este resultado (3-0), que los ponía en desventaja desde la ida, no ensucia el gran trabajo de los de Adrián Gallego en esta temporada. El equipo del barrio logroñés muere de pie, pensqndo en lo que viene y aprovechando cada partido para crecer.
El Varea, sabedor de que necesitaba al menos un gol para forzar la prórroga y dos para soñar con el cuarto escalón del fútbol nacional, no se amedrentó ante un Rayo Vallecano B de postín. A pesar de no estar en su feudo, los riojanos salieron valientes, con ambición y sin complejos. Pronto, en el minuto 8, llegaría la primera gran polémica con la caída de Edu Ubis dentro del área. El banquillo riojano protestó con fuerza reclamando la pena máxima, pero el colegiado se limitó a señalar córner.
La tensión era máxima y las ocasiones se sucedían. Becerra ponía a prueba los reflejos del portero del barrio logroñés con un centro envenenado, mientras Guille Cabrera despejaba con solvencia otra ofensiva por el flanco derecho del rival, donde el Rayo encontró demasiados espacios durante los primeros compases. El Varea también buscaba sorprender con el chut de Edu Ubis, al probar suerte desde el centro del campo, aunque su disparo se marchaba desviado.
En el otro área, Pinillos se vestía de héroe en el minuto 20, sacando una mano milagrosa ante el mano a mano de Montero, que pudo haber adelantado a los madrileños. El Rayo apretaba y empezaba a imponer su ritmo, encerrando por momentos al Varea y metiéndole miedo con una presión asfixiante. Sin embargo, los de La Rioja no perdían la fe, y respondían con orgullo con un contragolpe bien tejido por Adrián y Saúl culminaba en un pase a Ubis, que definía, aunque la jugada era anulada por fuera de juego.
Pero el talento local acabaría desequilibrando el marcador. En el minuto 34, Ibarra ponía distancias con un caño dentro del área y un disparo cruzado que se colaba junto al palo, imposible para Pinillos. El 1-0 parcial, 3-1 en el global, era un mazazo para el Varea, que aún no había dicho su última palabra… aunque el destino tenía preparado otro revés. En el minuto 40, Huerta veía la tarjeta roja directa por agresión, dejando a los riojanos con uno menos y aún todo el segundo tiempo por delante.
Con inferioridad numérica y el marcador en contra, el Varea se marchaba al descanso sabiendo que la cuesta se empinaba. Se empinó tanto que se convirtió en absolutamente imposible de alcanzar la cima cuando, apenas un minuto después de la reanudación, un zapatazo largo y raso de Marcos, colocado con intención al palo largo, se coló en la jaula para destrozar definitivamente las esperanzas riojanas. Era el 2-0 en el partido, y el silencio cayó sobre el banquillo visitante.
Poco después, Eto’o ponía la guinda al festín rayista con una gran definición dentro del área para hacer el 5-1 en el total, 3-0 en el parcial. Doloroso, sí, pero justo. Porque el Rayo B fue insuperable. El Varea, eso sí, jamás bajó los brazos. Aun con todo perdido, buscó el gol del honor con un libre directo desde la frontal que ejecutó Saúl con buena intención, aunque sin éxito. A esas alturas, los de Adrián Gallego ya solo pensaban en resistir, en mantener la dignidad y despedirse con el orgullo intacto. Pinillos, exhausto y desbordado, siguió dejándose el alma bajo palos, sacando a bocajarro una más en el minuto 85 que evitó una goleada aún mayor.
No pudo ser. El Varea se queda a las puertas del ascenso. La recompensa no llegó, pero tal y como había advertido su entrenador en la previa, nada ni nadie podrá minimizar el orgullo que siente esta plantilla por la temporada que han hecho. No hubo remontada ni milagro, pero sí hubo dignidad, compromiso y el reflejo de una campaña que ha rozado la excelencia.
Enlace de origen : El Varea se despide del ascenso