Briones ya se encuentra inmersa en la Edad Media. Sus calles, sus pendones, banderolas y los movimientos y atuendos de cada uno de sus personajes … hacen que el visitante olvide la tecnología, los vehículos y los móviles. Vuelven la antigua diversión y costumbres y, con ellas, una de las épocas de mayor esplendor de esta villa –uno de los pueblos más bonitos de España–, el siglo XIV.
Los oficios antiguos, escenificados por sus propios vecinos y en las puertas de sus casas, han sido un año más los protagonistas de una jornada que ha contado con espectáculos de todo tipo: conciertos medievales, exhibiciones de cetrería y armas, asalto a la torre y un largo etcétera de propuestas que han dejado con la boca abierta a más de uno.
En los portales de las calles hacían papel, pan, objetos de cerámica, vidrio y un sinfín de productos a la antigua usanza. Las calles olían a asado y piedra, la que Briones mantiene cada día del año respetando su trazado, calzada y fachadas, esencia de la villa medieval. Porque, aunque todas sus calles están engalanadas para la ocasión, la esencia medieval de la villa siempre está ahí. Aún se camina sobre el antiguo trazado de las murallas y del castillo, de los que quedan algunos restos.
La belleza de la plaza tiene un marcado aroma romántico y medieval, y a ella se asoman numerosos edificios históricos singulares. Ventanas de trazado apuntado de recuerdo gótico, o incluso las hornacinas repartidas por los rincones que guardan la devoción de los vecinos.
Las fachadas tienen los vanos enmarcados y muchas de ellas lucen escudos heráldicos. Aleros con sus animales de madera tallados. y muestras de herrajes y rejas en balcones y ventanas ponen la guinda al carácter genuino y auténtico que ha marcado durante generaciones a sus habitantes.
Ellos y sus descendientes, más de 1.200, ya atienden los 53 portales que se abren este año para mostrar al visitante su historia.
Aunque las puertas del mesón abrieron el viernes por la noche, este sábado por la mañana se celebró la inauguración oficial, a la que acudieron autoridades.
Las representaciones comenzaron con el desfile inaugural desde la ermita del Cristo, antes de la apertura de los portales. Poco a poco fueron llegando los visitantes, que desafiaron un calor sofocante y terminaron la jornada contándose en miles. Por la mañana hubo conciertos medievales a cargo de Jabardeus o los catalanes Taraska, exhibición de los abanderados, pase de la baqueta o el recientemente estrenado asalto a la torre.
También se representó el Fuero de Briones desde la fachada del Ayuntamiento, hubo exhibiciones de cetrería en la plaza, con decenas de mayores y niños en torno a las demostraciones de buitres y lechuzas; también bufones, desfiles de familias enteras de acróbatas y un espectáculo de romances, cantares de labor y coplas al son del rabel en la Plaza de España.
Segunda jornada medieval
Este domingo, los portales abrirán a las 11.00, al mismo tiempo que se oficiará una misa en latín en la iglesia Nuestra Señora de la Asunción.
A las 11.30 será la bienvenida a las Jornadas Medievales en la plaza de España, tras lo que habrá un concierto de órgano en la iglesia Ntra. Señora de la Asunción.
A continuación, las plazas del Cristo y de España acogerán la representación del Pase de la Baqueta, los bailes medievales y la exhibición de guerreros de Rioja Medieval.
Los portales cerrarán a las 15.00 horas, y reabrirán a las 17.00. Por la tarde habrá numerosas actividades, entre las que destacan el desafío entre guerreros de la Plaza de España o el posterior concierto de Taraska. Y a las 21.30 horas tendrá lugar, como cada año, la clausura de los portales y el desfile de los participantes. Las XXVIII Jornadas Medievales culminarán con un concierto a cargo del grupo Jabardeus, un clásico en esta cita, y un espectáculo de luz y sonido final.
Una Fiesta de Interés Turístico con miles de visitantes cada año
Las Jornadas Medievales de Briones, que alcanzan este año su XXVIII edición, están declaradas Fiesta de Interés Turístico Nacional y Fiesta de Interés Turístico Regional. Durante dos días al año, el pueblo riojalteño se sumerge en el siglo XIV y recrea con detalle el ‘modus vivendi’ de aquella época. Lo que diferencia a las Jornadas Medievales de Briones es que no son un mercado, ya que no se vende nada, únicamente bebida y comida. El objetivo de la fiesta es mostrar el pueblo, lucir sus casonas, sus calles empedradas y disfrutar de él, paseando y admirando su singularidad y su historia. Y con unos guías de excepción, sus propios vecinos, que preparan los escenarios e indumentarias de estas jornadas con ilusión durante todo el año para mostrarlo a los miles de visitantes.
Enlace de origen : Briones revive un pasado muy presente