Hay dos termómetros para estimar la afluencia de gente en las fiestas de Logroño. Uno es la posibilidad de aparcar en el centro, que … es relativamente fácil estos días de San Bernabé. Otro son los bares de La Laurel y San Juan, cuyo acceso ha sido bastante más sencillo que un día fuerte de San Mateo, cuando es imposible. La sensación en la calle es que hay menos gente en estas fiestas que otros años. Claro que el puente propiciado al caer los festivos en lunes y miércoles ha facilitado que muchos logroñeses hayan viajado fuera para disfrutar prácticamente de una semana de vacaciones. Todo esto parece indicar que, en lugar de quedarnos en Logroño, como obligatoriamente tuvieron que permanecer nuestros antepasados en 1521, asediados por los franceses, esta vez parece que los logroñeses hemos decidido marcharnos y dejar ‘vaciada’ la ciudad.
«En el fin de semana no hubo tanta gente, y la mayoría era de fuera, pero el lunes ya fue un día festivo de verdad. Aunque esperábamos un ‘boom’, han sido días buenos», explica Sergio Palacios, presidente de la Asociación de la Zona de la Calle San Juan. El mediodía del pasado lunes, Día de La Rioja, fue el primer momento de intenso trabajo en la hostelería logroñesa, según Sergio Palacios. No obstante, tras el jueves, el día después de las fiestas, Palacios recuerda que viene un nuevo fin de semana. «Siendo justos, están siendo días con más gente que los normales, aunque no haya sido hasta el lunes cuando hemos notado que la gente ha tomado la calle», expone Palacios.
Ricardo García, presidente de la Asociación de Hosteleros de La Laurel, reconoce que el pasado fin de semana fue «muy flojo, como era de esperar». «Al caer estos días así, mucha gente se ha ido toda la semana. San Bernabé siempre ha sido más de irse. Y el sábado sí se notó que vino gente de fuera», explica Ricardo García. Tampoco desea exagerar y reconoce que hay gente, pero desde el año pasado las fiestas patronales flojean. «Hubo un ‘boom’ tras la pandemia, pero ahora están bajando», apunta Ricardo García. Ahora, el presidente de los hosteleros de La Laurel reconoce que «ojalá nos hubiéramos podido ir de vacaciones también los hosteleros, así que no ponemos muchas pegas».
Susana Díaz, presidenta de la Asociación Riojana de Viviendas y Apartamentos de Uso Turístico, explica que para ellos «ha sido un fin de semana normal, los que han venido no es por San Bernabé sino, sobre todo, peregrinos del Camino de Santiago». «San Bernabé no es una época fuerte como San Mateo, que lo tenemos todo lleno desde hace tiempo. Ahora coincide que viene la gente pero no se ha enterado de que son fiestas», advierte Susana Díaz.
Sergio garcía, vicepresidente peña La Uva, que organiza un espacio propio en el Muro del Revellín durante las fiestas, expone que «en todos los eventos hemos tenido mucha gente». «Se nos ha ido mucha gente de la peña fuera pero hemos tenido mucha afluencia, como en el concierto de Los Gandules y el partido de España. Lo que sí nos dice mucha gente es que, además de lo nuestro, lo demás, prácticamente, es todo medieval, así que por eso viene mucha gente aquí», declara Sergio García.
Ángel Mangado, del Star Film Café, considera que «no hay mucha gente, pienso que muchos se han marchado y la prueba es que en Valbuena hay sitio para aparcar». Aitor Solano, presidente de la peña La Rioja, cree que «por el centro hay mucha gente pero en los barrios está más muerto y se nota mucho los que han querido irse». Y Sergio Illera, cocinero de la peña La Simpatía, estima que en la mañana del pasado lunes, con la coincidencia de siete degustaciones, «lo que estoy viendo es que vamos muy lentos, otros años tenemos más fila, más gente».
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