Un millar de egresados de UNIR entonan el ‘Gaudeamus igitur’

De España, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Argentina, Alemania, Austria, Estados Unidos e, incluso, de Emiratos Árabes Unidos… Rozando casi el millar de estudiantes, Riojafórum ha acogido un año más las tres ceremonias de graduación de los egresados de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Nervios, emoción, reencuentros pero el momento más emotivo llegó con la desvirtualización de quienes han compartido aula durante los ejercicios pasados. Cargado de sentimientos, el acto del viernes congregó a 326 egresados de la Facultad de Educación y Humanidades, «conscientes del verdadero valor de lo que celebramos», como subrayó en su discurso Olaia Gutiérrez (Máster Universitario en Neuropsicología y Educación).

No faltó Samuel Roldán, que recientemente ha sido galardonado con el premio Extraordinario de Grado y Máster de UNIR (2023-2024) y que ha finalizado los estudios de Máster Universitario en Tecnología Educativa y Competencias Digitales. «Este premio es un reconocimiento a todo el esfuerzo que hay detrás», destacó. Quiso agradecer a UNIR las facilidades dadas. «Te organizas, te administras, ves las clases grabadas, haces los ensayos a tu ritmo y realmente puedes sacar tiempo para hacer todo esto». Como muchos de sus compañeros, ha compaginado el máster con el trabajo. Recibir el premio le posiciona mejor a la hora de conseguir un puesto y más haber cursado estos estudios, «totalmente prácticos» y que suponen «el punto diferencial. Es un máster muy concreto y avala tus conocimientos».

Muy de cerca siguió también la graduación Ángeles Gallardo (Grado en Pedagogía), que ha compaginado su maternidad con el trabajo en el ámbito periodístico y los estudios. «Exige un esfuerzo personal y disciplina; es evidente que he dejado de hacer cosas». Empezó la carrera con 50 años y la acabó con 54. «La parte gratificante es tan grande que ha compensado las lágrimas del primer año, porque los primeros exámenes fueron súper duros». En la carrera ha evidenciado la transformación educativa; por ello defiende el papel de los pedagogos. «Somos los que tenemos que mantener el equilibrio; somos las muletas de los profesores. Creo que pocas profesiones se han transformado tanto en tan poco tiempo, con cosas que no se ciñen estrictamente a la educación».

El sábado UNIR ha celebrado dos graduaciones. Por la mañana ha sido el turno de 363 egresados de las facultades de Ciencias de la Salud, Artes y Ciencias Sociales y Derecho. Y, por la tarde, de 310 alumnos de la Facultad de Economía y Empresa y de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología. Emotivo ha sido el discurso de Miguel Garrido (Máster Universitario en Composición Musical con Nuevas Tecnologías), que ha admitido que «UNIR me ha puesto las cosas fáciles, entre comillas. Es cuestión de cuadrar horarios y aunque ha sido duro, también llevadero». Ha sentido la «responsabilidad» por ser el encargado del discurso, con claras referencias a la música. Así ha hablado del ‘do’ de pecho que hay que dar en cada situación; del ‘mi’, centrándose en la familia –también la del máster–; «del ‘la’ que sería UNIR por su organización y del ‘si’, la afirmación de que lo hemos conseguido».

También este sábado se ha graduado Salvador Vallecillo (Grado de Criminología), que durante cuatro años ha sido representante de los estudiantes. Ha vivido la graduación «con un sabor agridulce. Por un lado con pena, porque esto se ha terminado, y por otro con la felicidad de haber conseguido tu meta». Ha valorado los cambios logrados y los problemas resueltos en su etapa como representante estudiantil. Y ha destacado que a pesar de ser una universidad ‘on line’, «hemos creado un grupo de amigos y algunos hemos coincidido en la graduación».

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