Crítica de ‘Estragos’: ultraviolencia desbocada

Martes, 29 de abril 2025, 22:57

Todo amante del cine de acción, abierto y concienciado, conoce la existencia de un díptico fastuoso que dio un puñetazo en la mesa a la hora de hablar de un género que necesita más energía en rodaje de la habitual. ‘The Raid’ -estrenada en su momento directamente en formato doméstico bajo el terrible título en castellano ‘Redada asesina’-, es ya un clásico del cine de explosiones y artes marciales, un no parar de dar y recibir desde Indonesia, donde se coció un título de referencia que cuenta con una continuación, igualmente de culto. La propuesta deja secuelas en la retina con su constante toma y daca, ofreciendo espectáculo sin olvidarse del interior de los personajes, manejando clichés con ingenio. Gareth Evans, un galés con olfato, está detrás del invento. Vio claro en sus comienzos, dadas sus preferencias, cómo la ficción de mamporros e intercambio de balazos estaba en plena ebullición en Oriente, desde siempre. Nada mejor que inspirarse donde mejor lo hacen.

Ahora estrena directamente en Netflix la inédita ‘Estragos’, un pepinazo que cuenta con Tom Hardy como rostro principal, repartiendo estopa, junto a Timothy Olyphant, el vaquero justiciero de ‘Justified’. Forest Whitaker también se deja ver, en la piel de un político sucio que lo emparenta con su papel en ‘El padrino de Harlem’. Menos mal que Jessie Mei Li (‘Sombra y hueso’) baja un poco el nivel testosterónico.

Evans está especializado en la dirección de escenas de acción. Su trabajo de planificación es digno de elogio. ‘The Raid’ asentó un precedente en el género, al igual que el inicio de una serie criminal de cabecera que acaba de estrenar su tercera temporada, ‘Gangs of London’ –disponible en SkyShowtime-. Ambos proyectos llevan su sello de identidad, heredero del thriller coreano y japonés, desde John Woo a los actuales cineastas que rompen la pana inmortalizando secuencias apabullantes donde muere hasta el apuntador. Cuando Gareth se ha salido alguna vez de la fórmula, como apuntó la floja ‘El apóstol’, también para Netflix, no le ha ido tan bien. Ha dejado claro, por los siglos de los siglos, que lo suyo es coreografiar la violencia en pantalla, una marca personal que no ha dejado de abrirle puertas en el mercado audiovisual. ‘Estragos’ no cuenta nada que no hayamos visto ya, una historia de policías corruptos inmersos en una guerra de bandas mafiosas, pero la ambientación y la puesta en escena son excelsas, con un par de secuencias repletas de ingenio a la hora de mostrar al personal pelearse físicamente hasta la extenuación. Machetazos, disparos a bocajarro, cabezas reventadas, brazos partidos, escopetazos… La sangre salpica, hemoglobina a borbotones, en un espectáculo no apto para estómagos débiles. Todo ocurre con una carga extra de testosterona. Golpes y más golpes, sonidos de cráneos fracturados y un contador de muertes que echa humo.

Por supuesto, Hardy está en su salsa. No deja títere con cabeza en su deseo de arreglar un desaguisado que no para de crecer, como una bola de nieve que cae por la pendiente. Cada vez son más las partes implicadas en una trama de narcotráfico y control de las calles que explota cuando, inevitablemente, irrumpen las luchas intestinas por el poder. El reparto está entregado desde el primer minuto, dándolo todo en algunos pasajes donde la acción es tan extrema que puede resultar caótica. Evans, principal ideólogo de la recomendable ‘Gangs of London’, también de actualidad, dirige dos capítulos en concreto de la primera sesión de la producción británica. El piloto -90 minutos de duración-, donde hay una gresca monumental sumamente creíble, impregnada de adrenalina, y otro episodio extra en el cual el espectador es partícipe de tiroteos y luchas cuerpo a cuerpo, a veces en plano secuencia, que acaban doliendo. Ahí está la mayor virtud de este cineasta efectivo y efectista: duele cuando rueda ultraviolencia. El espectador siente los tortazos y la mutilación de la carne.

Enlace de origen : Crítica de 'Estragos': ultraviolencia desbocada

Scroll al inicio