
María Aguirre
Logroño
Miércoles, 19 de marzo 2025, 14:52
Con la esperanza de encontrar respuestas a sus preguntas, o incluso aclarar sus ideas, el Campeonato Riojaskills 2025 ha recibido durante su tercer día a miles de estudiantes en el Riojafórum de Logroño que, aunque vienen de diferentes centros, todos comparten la misma idea: ver en qué consiste y, sobre todo, pedir información de cara a sus próximos estudios o futuro laboral.
Los diferentes puestos participantes durante el día de hoy, 20 en competición y 9 de exhibición, han abierto sus puertas a las 9 de la mañana y estarán hasta las 19 horas, un horario en el que tendrán lugar las diferentes pruebas. A primera hora de la mañana ya se empezaban a ver en todos los estands a varios estudiantes mostrando sus ‘skills’ (destrezas), acompañados de tutores, jurado, y aquellos asistentes que, con folleto en mano, observaban con atención la actividad.
Aunque la conclusión común está en llevar al mejor de la prueba al campeonato nacional, dependiendo del sector, o del ejercicio en sí, hay diferentes fases, técnicas o valoraciones.
Primera planta
Nada más entrar al Riojafórum, son varios los estands que comparten piso, entre ellos el de tecnología de la moda, farmacia y parafarmacia, y servicio de restaurante y bar. Ibai, estudiante del grado superior de patronaje y moda, del IES Hermanos D’Elhuyar, se encuentra cortando y marcando la tela frente a un vestido en miniatura. «Con unos patrones que ya nos han dado, tenemos que replicar la muestra a una escala 1:1», explica. Él considera que «lo que más valorarán será la confección, aunque el corte es muy importante a la hora de hacer una prenda». «El patronaje es lo que más me gusta, aunque también la sastrería o ser modisto. Lo que sí tengo claro es que quiero enfocarlo a la indumentaria regional», confiesa.
A su lado, en el puesto de farmacia y parafarmacia, se encuentra Aroa, del Paula Montal. «Tenemos tres pruebas: hacer una crema de manos urea 5 por ciento (hidratante), una cuenta de Instagram en la que subamos un post sobre uno de los temas que ahora está en auge dentro del sector, como la cosmética facial, cremas solares o caída del cabello. La última parte de la prueba es hacer un asesoramiento dermatológico a una persona al azar y crearle una rutina», explica. Asimismo, especifica que esta «tiene una serie de pasos que hay que seguir para que el resultado final salga lo mejor posible. Sobre todo a la hora de hacer las mezclas».
Unos tres bloques más alejados se encuentra el de servicio de restaurante y bar, donde Pablo, uno de los estudiantes que compiten, está con su delantal esperando a que termine su compañero. Desde la Escuela de Hostelería de Santo Domingo viene a Logroño para poner, nunca mejor dicho, sus destrezas sobre la mesa. «Tenemos varias pruebas: corte y emplatado de jamón con un diseño libre que sea atractivo para el jurado, preparación de cócteles y cafés, trinchado de fruta -con un cuchillo, cuchara y tenedor- y cata olfativa. Cada una tiene su destreza, pero es «prueba y error», afirma.
Planta baja
Bajando las escaleras, se encuentran el de peluquería y ebanistería, entre otros. Melany, estudiante del grado medio de peluquería y estética, en Adoratrices, cuenta que la prueba total, que dura tres horas, consta de dos partes, con un descanso entre ambas. «Se empieza con un corte a capas sobre el que luego tenemos que hacer un montaje de cambio de forma permanente. Después hay otro corte, estilo bob, y otro peinado, que tiene que ser un recogido elegante y elaborado», explica. A pesar de que Melany y su compañera compiten al mismo tiempo, cada una tiene su propio maniquí de cabeza donde realizan los cortes y peinados. «Cada una es libre de hacer el peinado que quiera, pero en los cortes hay que seguir unas pautas», comenta. Unas reglas que consisten en «ver cómo es la posición de los brazos, la ergonomía, o cómo cogemos el peine y las tijeras», añade.
En la misma zona, con unos puestos entre ellos, se encuentra Nain, estudiante del segundo año del grado medio de carpintería y mueble, del IES Rey Don García, en Nájera. Su prueba consiste en programar las tres piezas individuales de una silla plegable, «que previamente ya hemos diseñado y practicado en el instituto», dice. «Lo que más valoran es que hayas programado bien la silla, porque sino es una pieza que no vale y pierdes dinero y material», explica.
A pesar de ser muchos los estudiantes que participan en Riojaskills, y de sectores totalmente diferentes, todos ellos coinciden en que «el campeonato es una buena oportunidad para ampliar conocimientos, demostrar qué sabes hacer, abrirte al sector laboral y darte a conocer».
Enlace de origen : Un campeonato en Logroño para ser el mejor y clarificar el futuro