
La semana pasada se juntaron en Madrid todos los aspirantes a ‘miniyo’ de Trump. Está muy cotizado eso por aquí, ahora que parece que la … sombra negra del magnate naranja de la casa blanca tapa más que nunca.
Se juntaron, pues, por Madrid para repetir sus cosicas: UE mala, inmigrantes malos, banderitas al viento. La colección de simplezas habitual que, ay, hay gente que compra con alegría y sin remordimientos. A estas alturas de la película ya sé que intentar convencer a los acólitos es inútil. Pero la esperanza que nos queda a los que creemos en un mundo de derechos y libertades es la repetición. Digamos las cosas como son, usemos la verdad y el dato contra el odio y la mentira, porque el primero no se aguanta sin la segunda.
Permítanme, pues, que les cuente unos daticos. El jueves dábamos cuenta del crecimiento de la población riojana. Está subiendo, cosa que es más que muy importante para una economía sana, y ese crecimiento es sobre todo gracias a los extranjeros. Colombianos sobre todo, como en el resto de España. Entre todos son algo menos del 15% en La Rioja.
Mientras eso ocurre, el paro está bajando consistentemente en la comunidad desde hace meses. A la vez ocurre que no se encuentra mano de obra fundamental (cualificada y no cualificada) para muchos sectores. No producimos, se podría decir, el suficiente personal.
A todo esto, hay un crecimiento del PIB más o menos sano (aunque no tanto del PIB per cápita) y un porcentaje significativo (alrededor de un tercio, según quién lo calcule) corresponde a la llegada de los inmigrantes, que en general tienen un impacto fiscal neto positivo: generan más en impuestos que los servicios que reciben.
Vuelvo a La Rioja. El número total de delitos ha caído en 2024, año de aumento de población inmigrante. Además, un número creciente de esos crímenes son ciberdelitos, y ahí las fronteras y las nacionalidades se desdibujan completamente.
Así que, puestos a decir las cosas como son y no como les interesa a los trumpistas de viejo y nuevo cuño, la inmigración no sólo es necesaria, sino positiva y productiva.
No hay fenómeno social que tenga solo una cara, y la inmigración desde luego que tampoco. No es fácil, nunca lo ha sido. Pero no podemos aceptar sin más que, una y otra vez, se digan burradas que no benefician a nadie, más que a quienes quieren subirse a un silloncito a hombros de la mentira y de Elon Musk.
Jueves Junts
La última indignidad
Me costará mucho volver a ver una indignidad tan grande en el Congreso español como la que se vio el jueves en la comisión de investigación de los atentados de la Rambla. Fue simplemente flipante: un yihadista condenado (y esposado, por si acaso) vino a decir que los susodichos atentados habían sido posibles porque el CNI (léase el Estado opresor) lo permitieron. Ante el franco regocijo de Junts, los socios favoritos del gobierno, y su presidente exiliado.
O sea, se me fijen: el tipo del que depende la política española va por ahí difundiendo que el estado español facilitó o conocía o promovió o qué se yo una matanza de inocentes en pleno dentro de Barcelona, con el objetivo de… Pues no sé qué objetivo. Ser malo, supongo.
La estampa es tremenda, el tener que aguantar a semejante caterva de políticos falsos, exaltados y mentirosos es bochornoso.
Aún así seguirán siendo socios preferentes de nuestro gobierno. País.
Miércoles Nájera
Todo por un campo
Me suele gustar ver a la gente protestando en la calle. En serio. Aunque sea por cosas como un campo de fútbol. En fin, cada uno defiende lo que quiere y se indigna por lo que le apetece, incluso en una ciudad que ha visto en los últimos lustros una preocupante crisis económica e industrial. Pero lo dicho, me parece bien.
Estoy seguro de que no van a ir las cosas a mayores, porque el asunto tampoco lo merece. Pero por si acaso, pedir un poco de mesura no es mala cosa. Acosar a concejales está, de verdad, muy feo.
Enlace de origen : Leer datos o creer mentiras