La nueva fiscal general, Pam Bondi, exfiscal de Florida, ha jurado este miércoles el nombramiento que la pone al frente del Departamento de Justicia con su imparcialidad marcada por su papel instrumental en las acusaciones de fraude que vertió sobre las elecciones de 2020. Pero … más que su lealtad al presidente, lo que temen los 116.000 empleados es la purga que se lleva a cabo, incluso antes de que tome el cargo.
«Los únicos que deben estar preocupados son aquellos que hayan actuado con una intención partidista o corrupta», dijo el adjunto en funciones, Emil Bove. La primera medida de su jefe en funciones, Ed Martín, uno de los organizadores del mitin «Stop the Steal» (Detened El Robo) que dio pie a la insurrección fue despedir una treintena de abogados del gobierno contratados para las investigaciones del 6 de Enero. Martin ya había prometido durante la campaña «encontrar y meter en la cárcel a todas las personas de la administración de Biden que ordenasen la persecución de los defendidos pacíficos del 6E», tuiteó en diciembre de 2023. Más recientemente, en junio pasado, dijo en su podcast que se le pasaría cuentas a «los perpetradores de esas mentiras que usaron las oficinas de gobierno».
Noticia relacionada
El viernes pasado demandó al FBI una lista de todos los agentes y funcionarios que hubiesen participado de algún modo en la investigación del 6 de enero. Para entonces, lo ocurrido a la USAID había cumplido su función de escarnio público. Si Elon Musk pudo cerrar de golpe una agencia independiente nombrada por el Congreso, cualquier otra agencia de gobierno está vendida. Los representantes del multimillonario que el presidente ha puesto al frente de la misión de reducir el gobierno se presentaron en las oficinas de USAID sin orden judicial ni autorización de seguridad, demandando acceso a los archivos del personal y documentos clasificados como secretos. Cuando los jefes se negaron a darles acceso, fueron relevados, la agencia, cerrada, sus 10.000 empleados alrededor del mundo recibieron órdenes de no volver al trabajo el lunes y hasta se cerró la página web. «Me gusta el concepto, pero estaba dirigida por lunáticos radicales de izquierda», dijo Trump de la agencia creada por John F. Kennedy en 1961.
El desmantelamiento del estado que pueda servir de contención a los desmanes del gobierno continuaba ayer con la CIA, donde Trump nombró el lunes al abogado Michael Ellis, uno de los actores en la redacción del Proyecto 2025 de la organización ultraderechista Heritage Foundation, como director adjunto. Al día siguiente la agencia de inteligencia se convirtió en la primera de las 18 existentes en extender a todos sus empleados la oferta de renunciar el empleo a cambio de ocho meses de sueldo. La primera purga voluntaria, pero no la última, porque los nuevos directivos han avisado a los que no la acepten de que nada les garantiza el empleo, porque revisarán cuidadosamente su trayectoria para asegurarse de que trabajan de acuerdo a «los valores» del gobierno de Trump. Los más de dos millones de funcionarios federales han recibido ofertas similares.
Búsqueda de los implicados
Bajo amenaza de insubordinación, el FBI ha cumplido con la orden de entregar al Departamento de Justicia la lista de todos los agentes implicados de algún modo en la investigación del 6 de enero, lo que afecta a 5.000 empleados que, según la demanda interpuesta por el sindicato de trabajadores del FBI, viola la legalidad. Sus mandos han pedido socorro a los congresistas, que son los siguientes en la lista de vendetta.
Los hechos son irrefutables. El pasado 5 de noviembre Estados Unidos eligió como presidente a un delincuente convicto, que se jugaba en esas elecciones la única posibilidad de librarse de tres juicios y una condena. Su primera decisión fue indultar a los encarcelados por asaltar el Capitolio para mantenerle en el poder y ahora lanza una purga entre las fuerzas del orden que cumplieron con su obligación de investigarle. La orden ejecutiva firmada por Trump nada más jurar el cargo exigiendo una investigación en todas las agencias de gobierno sobre su posible «instrumentalización política» justifican las acciones, que acabarán en los tribunales, la última línea defensiva.
«Los mismos agentes especiales del FBI que arriesgan sus vidas para proteger al país de terroristas y criminales ahora están en listas que amenazan su carrera solo por hacer su trabajo» denunció Natalie Bara, presidenta del sindicato FBIAA, en un comunicado.
Enlace de origen : Trump purga el FBI y la CIA en su plan de desmantelamiento del 'Estado profundo'