
El frío polar ártico, de cinco grados bajo cero, que ha congelado esta tarde a la capital estadounidense ha privado a Donald Trump de la pomposa ceremonia que había previsto para su regreso al poder. No en vano, por primera vez en cuatro décadas los … actos han tenido que celebrarse en el interior del Capitolio y no en las escalinatas, como es tradición. Pero ello no le ha impedido alzarse airoso, y con tono desafiante, con la presidencia por segunda vez.
Con una mano sobre una Biblia heredada de su madre, el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha jurado «proteger la Constitución» ante la atenta mirada de su esposa, Melania, su círculo familiar más cercano y los miembros de su nuevo equipo de gobierno. «Vamos a poner a Estados Unidos en el primer lugar. Vamos a restaurar nuestra soberanía. Nuestra prioridad es crear una nación que sea próspera, orgullosa y libre», ha proclamado en un discurso con marcados tintes proteccionistas. «La era de EE UU comienza a partir de ahora. Seremos la envida de todas las naciones. No vamos a permitir que se aprovechen de nosotros», prosiguió.
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Ya convertido en el presidente número 47 de la historia estadounidense, Trump dejó servida la polémica al enumerar algunas de las medidas que adoptará en estos próximos cuatro años de mandato. Entre ellas: declarar «la emergencia nacional en la frontera sur», con el consiguiente despliegue del ejército en la línea divisoria con México, expulsar a los inmigrantes que entren ilegalmente en el país, instaurar «aranceles e impuestos a países extranjeros», ampliar las perforaciones amparado en lo que ha denominado una «emergencia energética nacional». «Dentro de poco, vamos a cambiar también el nombre del golfo de México a ‘golfo de América’», añadió.
En su alocución, el mandatario avanzó asimismo que prevé considerar grupos terroristas a los cárteles de la droga, luchar contra la inflación y la subida de precios, «devolver la libertad de expresión», permitir «que cada ciudadano compre el coche que quiera», independientemente de que sea eléctrico o no. También ha prometido «justicia igualitaria para todos», proclamar «dos únicos géneros» (hombre y mujer) y eliminar programas federales que promueven la diversidad.
Frustación entre los seguidores
Desde 1985, cuando tomó posesión Ronald Reagan, todas las ceremonias de investidura se habían celebrado al aire libre. Y ese era precisamente el deseo de las decenas de miles de seguidores de Trump que se habían dado cita en Washington D.C. para ser testigos de su regreso al poder. Sin embargo, el cambio de planes frustró a la multitud que pretendía acudir a la explanada de National Mall. En su lugar, tuvieron que buscar refugio bajo techo para seguir el acto a través de las pantallas instaladas en lugares como el Capital One Arena, con capacidad para 20.000 personas, y que la víspera fue escenario del último mitin del líder republicano.
Para Trump, las inclemencias meterológicas pasaron, sin embargo, a un segundo plano cuando enfiló con su comitiva hacia la Rotonda del Capitolio. «Otro día en el paraíso», dijo, con el pulgar en alto, a los miembros de su equipo y del personal de seguridad que le protegía.
El primer acto de la jornada había arrancado horas con una misa en la iglesia de St. Johns, a la que Trump acudió acompañado de su esposa, Melania. Tras el servicio religioso, pusieron rumbo a la Casa Blanca, donde fueron recibidos por el presidente y la vicepresidenta salientes, Joe y Jill Biden, para tomar el tradicional té. «Bienvenido a casa», fueron las palabras del veterano líder demócrata al magnate republicano al entregarle el bastón de mando.
Reacciones internacionales
Pese a que no es habitual invitar a mandatarios extranjeros, los actos de investidura han contado con la presencia de la jefa del Gobierno italiano, Giorgia Meloni, y los presidentes de Argentina, Javier Milei, y de Ecuador, Daniel Noboa, fans declarados del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Otros aliados, como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no tardaron en felicitarle por su vuelta al poder. «Te retiraste del peligroso acuerdo nuclear con Irán. Reconociste a Jerusalén como la capital de Israel», le ensalzó el mandatario hebreo, al asegurar que para este mandato espera que complete «la derrota del eje terrorista de Irán» para dar paso a una «nueva era de paz y prosperidad» en Oriente Próximo.
Otro de los que se ha pronunciado ha sido el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha asegurado que hoy «es un día de cambio» que trae «esperanza» para poner fin a numerosos problemas. Además, ha destacado que la cooperación con Estados Unidos será «activa y mutuamente beneficiosa». También desde Europa, le han trasladado ya la enhorabuena junto a una invitación para trabajar juntos los líderes del Reino Unido, Alemania, Rumanía, Portugal, República Checa, Suecia e Irlanda.
Enlace de origen : Trump ya es presidente de EE UU: «Voy a declarar la emergencia nacional en la frontera sur»