
La Sala Fundición de Logroño se llenó la noche del sábado para el concierto de Alcalá Norte, en una especie de regreso a los escenarios de la banda madrileña tras dos meses de parón por problemas de salud del cantante. Álvaro Rivas fue operado primero … de apendicitis y acabó siendo intervenido quirúrgicamente tres veces. El directo contó con expectación porque el grupo es, quizá recogiendo la estela de Arde Bogotá y Carolina Durante, el grupo de rock del momento en España.
Marte Lasarte actuó de telonero y cumplió su función dejando buenas sensaciones con un intenso rock cantado en euskera. Alcalá Norte apareció repartiendo puros y una bota de vino entre el público, «como en una boda antigua», presumió el batería Jaime Barbosa, que parece extraído de ‘Stranger Things’. «Vamos a hacer un concierto y a ver si os gusta», presentó, quién sabe si con ironía o inocencia, porque habían agotado las entradas hace semanas. ‘Los chavales’ fue la primera canción que sonó y lo hizo con Álvaro Rivas luciendo el camisón del hospital San Carlos en el que ha estado ingresado las últimas semanas, y con un rictus entre incrédulo y comedido, como si la cantante de Los Punsetes de pronto se moviera un poco. Pero un poco. Él justificó que era por los puntos de las operaciones.
Y es que la propuesta escénica de la banda es interesante desde que cada uno de sus seis miembros parece sacado de una tribu urbana diferente, desde un heavy hasta un ‘gamer’, pasando por un ‘nerd’ y un ‘grounge’. En directo no suenan tan oscuros y tétricos como en el disco, muy ceñido al sonido The Cure, Lagartija Nick y Joy Division, quizá por las paridas que sueltan sus miembros aleatoriamente entre canción y canción. En vivo recuerdan más a Alaska y Dinarama, Parálisis Permanente y a la desinhibición y naturalidad de la movida madrileña. En general fue un concierto entretenido, novedoso, en el que los seis miembros de Alcalá Norte se distribuyeron de tal forma en el escenario que este no parecía tan pequeño. En cuanto al sonido, hubo algún momento en que el aglomerado de elementos confluyó en que no se entendiera nada, instantes efímeros pero que hablan de que es un grupo con potencial que todavía se está haciendo.
Fue en el tema ‘La canción del pobre’, tal vez la más reivindicativa y social de su repertorio, cuando Álvaro Rivas abrió los brazos y se asemejó a Jesucristo Superestar, ante lo que el público estalló. Ha nacido un nuevo Leiva. Alcalá Norte ya tiene temazos y público, solo le falta tiempo. Buena prueba es que en Logroño no tenían ningún CD a la venta porque, tal y como justificó el mánager, habían vendido los 700 que habían traído el día anterior en Vitoria en Jimmy Jazz, el primer concierto tras la ‘resurrección’. El de Logroño fue el segundo. Y encima tienen gracia utilizando el humor negro, como cuando presentaron la canción No llores, Dr. G.’, dedicada a Goebbles, con: «Ahora, una lentita». La imagen cristiana se incrementó al tocar canciones como ‘El rey de los judíos’ y ‘La calle Elfo’, en la que el cantante lució una corona de laurel en el pelo. El repertorio se completó con versiones y canciones de grupos anteriores de sus miembros, como ‘Barbacoa en el cementerio’ de Guarrerías Preciados, ‘10.000’ del ‘Súper 8’ de Los Planetas y ‘Fils de Lucifer’ de Icare, cantada en francés. Cabe señalar que en canciones como ‘Los chavales’, dedicada a Cristiano Ronaldo, hay partes cantadas hasta en catalán. Y es que el modo de composición de la banda es bastante ‘random’, y eso lo hace bastante original y atractivo, citando lo mismo a Stalin que a Glovo.
Por supuesto, el concierto finalizó con su buque insignia, ‘La vida cañón’. Y tal vez fue el tema menos potente de todos, algo descafeinado a pesar de ser muy esperado por el público, como si a la gaseosa se le hubiera escapado el gas y perdido la gracia. Pero Alcalá Norte dejó buenas canciones. Otro grupo más que pasa por la Sala La Fundición en plena efervescencia y, probablemente, la última oportunidad para verlos aquí de cerca.
Enlace de origen : Alcalá Norte o el nuevo Leiva