Después de los mazapanes, los polvorones y el turrón de la Navidad, San Antón trae las patatas. Al menos así es en Calahorra, donde la cofradía de San Antonio Abad, la más antigua de la ciudad (fue fundada en 1749), estrena el año con una … degustación de este tubérculo en modo asado. La cita, preludio de los actos religiosos por el patrón de los animales de este domingo, volvió a ser anoche multitudinaria. La plazuela de San Antón, detrás de la plaza del Raso, volvió a quedarse pequeña para acoger a los cientos de personas que acudieron a probar las patatas y disfrutar de la tradicional hoguera que da paso a las actividades en torno al santo.
Junto a las patatas no faltó tampoco el vino y la fruta, que muchos tenían que degustar dentro del túnel que da acceso a la plazuela de San Antón o en el Raso debido a la multitud de personas congregadas. Porque aunque los Reyes Magos son las estrellas de enero y hacen que la plaza del Raso se llene de público, San Antonio Abad no se queda atrás. Su hoguera y sus patatas son casi tan esperados como los regalos de sus Majestades de Oriente.
Tras el fuego de anoche, al que muchos se arrimaban para combatir el frío, el domingo toca rendir culto al santo y por supuesto, presentarle los animales que cada vez más ganan más protagonismo en los hogares y familias. La misa en honor a San Antón con volteo de campana está prevista a las 12.00 horas, en la parroquia de San Andrés. A continuación, se procederá a la bendición de los animales en el Planillo de San Andrés, así como se llevará a cabo una la rifa de un cordero, un gorrín y tres lotes de roscos entre el público.
Luis M. Barco, mayordomo
Después de la bendición de los animales se dará a paso a la procesión con la imagen del santo. El recorrido partirá del Planillo de San Andrés y continuará por las calles San Andrés y Navas hasta Pastelería. Allí, el mayordomo de este año de la cofradía, Luis Miguel Barco Martínez, ofrecerá un aperitivo en la Sociedad Gastronómica Calagurritana. San Antón quedará entonces bajo su custodia hasta el mes de enero del próximo año, en el que toca que sea una mayordoma quien lo custodie.
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