Javier Zabala y José Javier Zabaleta jugarán este domingo la final del torneo de San Mateo por segundo año consecutivo, aunque no la alcanzan de la forma que hubieran deseado. Ganaban 0-6 cuando Artola se fue a vestuarios. Se marchó para regresar y despedirse. Triste viernes. Zabala y Zabaleta se medirán a Peio Etxeberria y Rezusta, que defiende el título que conquistó el pasado año, pero con Joseba Ezkurdia
Frontón lleno. No cabía ni un alma más. El reclamo era lo suficientemente atractivo como para acercarse hasta el Adarraga, que tenía todo vendido desde horas antes. Pero como suele suceder en eventos de tanta expectación, cuando aparece la decepción, ésta es mayúscula. Y apareció.
Zabala o Salaverri. Ambos riojanos. Uno de ellos estaría en la final del domingo. El frontón apostaba por el primero y por José Javier Zabaleta, pero todos los partidos hay que jugarlos. La cátedra no iba desencaminada. Riojano y navarro rescataron el guion que habían puesto en práctica ante Altuna y Aldabe días antes, en su primer partido. Comenzaron desaforados. En un abrir y cerrar de ojos ya ganaban 0-6. Los tres primeros tantos, frutos de los errores de sus oponentes; los tres siguientes, y últimos, de pelotazos de los de azul, una de sus muchas armas.
El ritmo que habían impuesto era frénetico. Artola iba y venía de un lado a otro para achicar vías, mientras que el zaguero de Fuenmayor ya había entendido que su partido iba a llevarle a jugar mirando casi hacia el rebote. No tuvo tiempo de al menos oponer resistencia. Todo acabó sin previo aviso.
El último en caer
Iñaki Artola se marchaba a vestuarios visiblemente triste. Ya en vestuarios, Txema Urrutia, médico de Aspe; Joseba Apezetxea, Inaxio Errandonea, también de Aspe, y Gorostiza, de Baiko, intercambiaban impresiones. La bomba, con más de 1.400 espectadores, había estallado porque además de dos riojanos en liza, el partido era una semifinal, aunque no se pudiera catalogar como tal porque no las hay en este torneo mateo.
Artola se soltaba el nudo del fajín. Sobraban las palabras. Mirada al graderío y manos en alto, entre el adiós y la disculpa. Dolido. Por él y por su compañero, porque siempre es diferente jugar en casa y el Adarraga es la casa de Rubén Salaverri.
San Mateo es peligroso, porque es la última gran feria del verano. Catorce sustituciones a lo largo de estas ocho tardes y noches de feria. Los pelotaris llegan muy justos. Verano intenso al que se ha sumado en los últimos años el Masters, largo y exigente. Artola y Salaverri llegaban a esta noche desde la previa, en la que ganaron a Larrazabal e Imaz. Y soñaban con una final en la que estarán Peio Etxeberria y Beñat Rezusta, que también superaron el obstáculo de un partido previo para entrar en el torneo. No jugó aquel día Etxeberria, sino Darío, pero ese sábado puso punto y final a la feria porque sus manos no aguantaron. Tampoco soportaron el castigo las de Joseba Aldabe, que había suplido al anunciado Xabi Tolosa. Y a Aldabe, después de aguantar a Zabala y Zabaleta, le suplió Andoni Gaskue. Y qué decir de Jon Mariezkurrena, que estaba anunciado con Jon Ander Peña y no llegó a comenzar el torneo. Tomó el relevo Jon Ander Albisu. Demasiados contratiempos para prestigiar una feria, en este caso desprestigiarla.
Enlace de origen : La lesión de Artola rompe todo