La Academia premia a los Echapresto, las Jornadas de la Verdura y a Vicenta Pérez

Jueves, 11 de abril 2024, 22:55

Por tercer año consecutivo, la Academia Riojana de Gastronomía y Diario LA RIOJA celebraron la gala que enmarca los premios anuales de la Academia. Se trata de unos galardones destinados a aquellos que «dan a conocer el producto riojano y ponen en valor su gastronomía», según señaló Pedro Barrio, presidente de la Academia, y que Goyo Ezama –director general del grupo Nueva Rioja– explicó que encajan perfectamente con los propósitos de un periódico regional como Diario LA RIOJA que procura la promoción de todo lo positivo que se genere en la comunidad.

Los tres galardones de la noche resultan ser «el fiel reflejo del buen momento de la gastronomía riojana», según explicó Ezama y que en sí mismo son ejemplo también de la combinación de la exaltación y la promoción de la gastronomía riojana.

En esa loa a la culinaria regional, el director general de Nueva Rioja no quiso olvidarse de una parte importante de su éxito, la gente del campo que son los que obtienen los productos que luego llegan a las mesas.

Pedro Barrio, presidente de la Academia Riojana de Gastronomía, reconoció que «es emocionante ver el interés que, un año más, suscita nuestra gastronomía» y apuntó como cada año, La Rioja es «un destino turístico deseado por su enoturismo y su gastronomía» a la vez que subrayó la importancia de que «los grandes chefs ejerzan de maestros de las nuevas generaciones».

Para Barrio, «La Rioja es un territorio gourmet» y la Academia instauró estos premios para poder presumir de ello y agradecer el trabajo de quienes diariamente contribuyen a ello apoyándose, en tres pilares «producto, tradición en innovación», según explicó el presidente de la institución que acabó su intervención reiterando que «vivimos un momento esplendoroso y fecundo de nuestra gastronomía».

El alcalde de Logroño, por su parte, explicó que hablar de gastronomía en La Rioja es «hablar de lo que somos. Es hablar de nuestra tierra y nuestra forma de entender la vida o la cultura», y centrándose en la capital, Conrado Escobar señaló que «el ayuntamiento de Logroño está inmerso en un intento por dar un salto de calidad en la cultura gastronómica de la ciudad y de la misma forma que recientemente hemos abierto el Centro de la Cultura del Vino, también estamos en condiciones de abrir un espacio singular para poner en valor nuestra gastronomía y que bien podía estar en la plaza de abastos, en el Mercado de San Blas».

El último en tomar la palabra fue el presidente del gobierno autonómico, Gonzalo Capellán, quien puso en valor la gastronomía riojana pero en toda su amplitud, desde que «el producto nace en el campo, que después pasa a manos de los elaboradores y las industrias agroalimentarias que suponen el 19% del PIB regional, y que cuando llega a los restauradores, sus manos elevan el producto a la categoría de sublime».

Y, tras felicitar y glosar la figura de cada uno de los premiados, reafirmó la idea ya expresada de que «la gastronomía es un elemento de nuestra identidad, forma parte de nuestro ser y está vinculada a nuestra cultura» y recordó que no es casual que «la Academia Riojana de Gastronomía naciera hace 20 años en un escenario tan emblemático para los riojanos como es el Monasterio de San Millán».

Hermanos Echapresto Venta Moncalvillo

«Estamos orgullosos de ser riojanos y hacer de riojanos allí donde vamos»


Carlos e Ignacio Echapresto recibieron su premio visiblemente emocionados, quizá porque -como dijo Carlos- «para unos de un pueblo pequeño como Daroca, que te bajen al lado del Espolón para darte un premio es como para otros que te paseen en la gabarra», y quizá por ello, reconoció (sin poder evitar las lágrimas) que es la primera vez que su padre acudía a verles recoger un premio.

Ignacio apuntó que ellos están orgullosos de sentirse «embajadores de La Rioja y que es un placer ser riojanos y hacer de riojanos allí donde vamos».

Lo hacen por convencimiento y también para devolver el cariño que se les tiene en esta tierra «porque nosotros sí que podemos decir que somos profetas en nuestra tierra, añadió y Carlos haciendo un guiño a la espontaneidad riojana, como él mismo dijo, «estamos contentos de cojones».

Y agradeció a Diario LA RIOJA su acompañamiento constante a lo largo de su trayectoria y en cualquier hecho noticiable de su exitosa carrera, y también a la Academia «que tuvo mucho que ver en el primer Sol, en el segundo Sol y en mi premio Nacional de Gastronomía».

Mónica Arcéiz Alcaldesa de Calahorra

«Con nuestras Jornadas de la Verdura reivindicamos el valor de nuestra huerta»


Las Jornadas de la Verdura de Calahorra mantienen un compromiso inquebrantable con la exaltación de la excelencia de las verduras, pero también de toda la huerta riojana, y por ello recibieron uno de los premios otorgados por la Academia Riojana de Gastronomía.

Mónica Arcéiz, alcaldesa de la ciudad, lo recogió pero -como comentó- lo hizo «en nombre de muchos calahorranos que, durante esa semana, se involucran en lo que para la ciudad ya es una fiesta, pero también la reivindicación del valor de nuestra huerta».

La tradición hortícola de la ciudad bimilenaria viene de lejos, tanto que ya en el año 1255, el rey otorgó un privilegio a la ciudad por el que sus agricultores podían vender sus productos en un mercado semanal.

Hoy en día son muchos los agricultores que siguen la tradición y se dedican al campo. La alcaldesa de Calahorra quiso acompañarse de uno de ellos, Ignacio Rodanés, en representación de la gente del campo. Como explicó la primera edil calahorrana, «hace un rato estaba en el campo, recogiendo alcachofas, y ahora está aquí recogiendo un premio conmigo, como representante de todos los agricultores de Calahorra».

Vicenta va a seguir «mientras pueda» haciendo feliz a los demás con sus guisos


Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Vicenta Pérez, la histórica cocinera de Casa Masip, subió al escenario de la gala acompañada de sus cinco hijos para recibir el galardón que le otorgó la Academia Riojana de Gastronomía.

A sus 91 años, y todavía moviéndose a diario entre los fogones del restaurante y el bar de Ezcaray, Vicenta Pérez ha dejado una huella indeleble en la culinaria riojana, en la que todo lo que ha conseguido lo ha hecho «trabajando mucho». Han sido más de cuatro décadas en las que ha sabido preservar no sólo la tradición, sino también la calidad. Y ha hecho felices a los demás a través de sus platos y aún promete «seguir haciéndolo mientras me deje la salud». Vicenta -que reconoció que no hay nadie que haga mejor los huevos estofados que ella- agradeció el premio.

Su hijo Pedro, reputado cocinero y ahora cabeza visible de Casa Masip, le acompañó ante los micrófonos y prometió seguir trabajando para «mantener el legado de la ‘jefa’ y contribuir a que la gastronomía riojana esté en lo más alto, como está ahora mismo».

Muchos falsos mitos y algunas leyendas en torno al vino y la gastronomía

Antonio Tomás Palacios García, Doctor en Ciencias Biológicas y Enólogo, profesor de Cata de la Universidad de La Rioja, director de Laboratorios Excell Ibérica y reconocido especialista en la interpretación sensorial del vino fue el encargado de impartir la ponencia que precedió a la entrega de los premios de la Academia.

Bajo el título de ‘Maridaje entre las verdaderas leyendas y los falsos mitos en el mundo del vino y la gastronomía’ y tras la presentación del académico, Ferando Canals, recorrió doce de las más conocidas afirmaciones en torno al vino y a la gastronomía para, en la mayoría de los casos, desmontarlas con argumentos casi siempre científicos.

Así, por ejemplo, empezó por explicar que en la afirmación ‘De la cepa a la cesta, y de la cesta a la copa, y tiro porque me toca’ hay que introducir una importante variable como es la bodega, que tiene una importancia capital en el vino. O, hablando de la decantación, negó que los posos del vino fueran los guardianes del cuerpo y el alma del vino, porque incluso pueden entorpecer mucho su disfrute y por eso, la decantación puede tener su valor, pero también la filtración si fuera necesaria para poder alcanzar el equilibrio entre el cuerpo (los taninos) y el alma (los aromas).

Más fácil fue desmontar el mito de que el vino mejora si se arroja en él un jamón, un gato… o un francés.

Antonio Tomás Palacios negó que exista quien ‘cata de oído’ y reconoció que él mismo ha dejado de hablar a sus alumnos de que la cata es algo subjetivo, porque hoy en día, la sensiometría permite incluso cuantificar las sensaciones».

En otro de sus puntos, puso en valor tanto el vino pagano porque de la misma forma que hay un vino sublime y exclusivo, tiene que haber un vino más industrial porque es el que mayoritariamente da empleo a las 350.000 personas que trabajan en el sector y que supone el 2.6% de nuestro PIB.

En su última parte arrancó muchas sonrisas cuando habló del falso mito de que «el vino te convierte en mejor amante» y explicó que lo excitante es una buena compañía, porque ya Shakespeare apuntó que «el consumo moderado de vino aumenta el deseo; pero el exceso, lo frustra».

O cómo el dicho ‘In vino veritas’ hace referencia a que el vino desinhibe y ayuda a decir la verdad, por lo que ya los antiguos daban vino a sus representantes políticos al entrar a sus parlamentos para que dijeran la verdad.

Enlace de origen : La Academia premia a los Echapresto, las Jornadas de la Verdura y a Vicenta Pérez

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