Días atrás, Andrés llegaba a la antigua estación de autobuses de Logroño para visitar a su hijo, Andros. El viernes pasado se despedía de él en la estación nueva, desde donde partió hacia Avilés. El cambio, abismal. «Esta estación es una pasada», reconoce, no …
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Enlace de origen : Una terminal con peros y parabienes