2023, un año «apasionante» en clave tecnológica

Juan Carlos Berdonces

Steve Koenig, vicepresidente de investigación de la CTA (Asociación de Tecnología del Consumidor), aseguraba hace unos días que «se avecina una poderosa ola de cambio tecnológico». Conceptos como metaverso, inteligencia artificial (IA) o web 3 parecen marcar el año que acabamos de estrenar, pero sin olvidar la ciberseguridad o el ‘blockchain’. La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) está plenamente implicada en el desarrollo de estas nuevas tendencias para transferir los conocimientos a la sociedad y al mundo empresarial. «2023 se presenta apasionante tecnológicamente hablando», asume Rubén González, vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de UNIR y catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, «y en la línea de los años precedentes, porque estamos en una época de la historia de la humanidad con los mayores avances conocidos».

Ahora los principales retos que hay por delante son «consolidar» estos progresos y «tener capacidad para su adopción», para la puesta en práctica que permita conseguir mejoras. La sociedad y el mundo educativo, a su juicio, se encuentran «preparados» para afrontar estas novedades tecnológicas, aunque cree que más desde el punto de vista teórico que, por ejemplo, en el plano práctico o incluso psicológico. «A veces no se hace un uso no tan correcto» de las pantallas «y eso puede provocar adicción, aislamiento del núcleo de personas cercanas –familiares, amistades…–», sostiene González, que concede importancia a los educadores y docentes para evitar esos riesgos.

En este sentido, en UNIR son conscientes de que sus alumnos tienen ya adquiridas habilidades tecnológicas porque todas las materias son impartidas ‘on line’ «y aquí tenemos matriculados de veinte años pero también de casi setenta. Les preparamos para responder a lo que demanda la sociedad y las empresas pero también para lo que puede venir». Y con la tecnología como vehículo conductor a la hora de la atención al alumno, las tutorías, las clases o las correcciones de trabajos o exámenes.

Rubén González, vicerrector de UNIR: «Las empresas no encuentran el volumen de expertos en ciberseguridad que necesitan»

Las pymes y los recursos

La inteligencia artificial, definida como la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano, cuenta con un máster propio en UNIR que está entre los más demandados. «Y tratamos de rodearlo de otras materias. con grados como el de Ciencia de Datos o el de Matemática Computacional que pueden ser complementarios», explica Rubén González, que incide en la investigación como herramienta para «aportar soluciones a problemas reales».

¿Están las empresas adaptadas a esta realidad de la inteligencia artificial y de la tecnología 5G? Es una de las grandes preguntas que surgen «y mi respuesta es que hay tener en cuenta de antemano el sector. Por ejemplo, hay bodegas o empresas productivas que tienen automotizados ya muchos procedimientos y desarrollos», sostiene el vicerrector. Pero también apunta que la pequeña y mediana empresa, «el tejido pyme más habitual tanto en La Rioja como en España, no siempre tiene los recursos para adentrarse en este mundo». Tiene claro, eso sí, que la inteligencia artificial es «imparable».

ChatGPT: luces y sombras

Discurre a una velocidad acelerada y, de manera simultánea, también crecen exponencialmente los peligros y las amenazas. González, que acaba de ser incluido en el Ranking Stanford de los científicos más citados del mundo, asume que «para que la tecnología tenga éxito y se adopte, ha de ser segura». Y aunque entiende que muchos ciudadanos y empresas se nieguen a facilitar datos para defender su privacidad, «la tecnología solo puede ayudar si tiene información de cómo nos comportamos». Por ello afirma con rotundidad que «existe una gran demanda de expertos en ciberseguridad y las empresas no encuentran el volumen de profesionales que necesitan actualmente».

El metaverso, por último, se encuentra «en sus albores» pero empieza a generar proyectos «en el mundo de la educación o por ejemplo de la salud», a través de un laboratorio de neonatos donde los estudiantes de Medicina entran a la UCI a través de unas gafas virtuales –en eso consiste el metaverso, en teletransportarse a un mundo virtual a través de dispositivos tridimensionales– para ver cómo responden los bebés a riesgos de asfixia, insuficiencias respiratorias… «La sensación que tenemos todos es que el aprendizaje es continuo. Se requiere inversión para ser capaces de adoptar esta nueva tecnología. Las universidades estamos comprometidas con ello», concluye el vicerrector de UNIR.

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